Hace unos días mantuve una conversación muy interesante sobre el despertar espiritual. Todo comenzó cuando me preguntaron: ¿qué tengo que hace para despertar a nivel espiritual?
Somos seres espirituales desde siempre, aunque tendemos a olvidarlo porque no lo vemos. Por otra parte, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de espiritualidad? Hay personas para quienes espiritualidad y religión es lo mismo; otras, no tienen ninguna creencia religiosa y son espirituales. Vaya lío.
Ser espiritual, es ser consciente de quiénes somos, de nuestros pensamientos, acciones, sentimientos. De vivir plenamente cada instante, siendo fieles a nosotros, a nuestra esencia que es divina, a nuestro corazón, en equilibrio y armonía.
Es decir, que si sentimos alegría, vamos a vivirla plenamente; si sentimos dolor, no esconderlo, vamos a experimentarlo. Si escondemos lo que sentimos, no podremos ser capaces de averiguar quiénes somos, cuáles son nuestros límites, nuestras emociones, lo que implica el vivirlas, de qué manera nos afecta, y preguntarnos, cómo o qué podemos hacer para encontrar respuestas y volver a la armonía interior.
A mayor conocimiento sobre nosotros mismos, más fácil será hallar las herramientas o pasos que nos ayuden a vivir las situaciones difíciles y complicadas. No desaparecerán, pero suelen ser más llevaderas.
El despertar espiritual conlleva aprender. Vivir es aprender. Luego el despertar espiritual es vivir plenamente, siendo conscientes de que está en nuestras manos, el avanzar, el crecer y evolucionar.
Al igual que en el colegio, cada vez que aprendemos, pasamos a otro curso superior. En el camino espiritual, pasa algo similar. A mayor aprendizaje, más conocimiento, mayores pruebas.
La vida a lo largo de sus pruebas, ayuda a que despertemos, a que seamos conscientes de nosotros mismos, de cuáles son nuestras capacidades, dones, facultades, límites. Está en nuestras manos el quedarnos dormidos, avanzar, o quedarnos donde estamos. Todo es perfecto.
Tenemos a nuestro alcance herramientas, técnicas que ayudan a despertar. Empezaremos por el principio, estar en silencio y aprender a escucharnos. Para ello podemos apoyarnos en la meditación, la visualización, en estar en contacto con la naturaleza, en nadar, correr, hacer punto, en practicar yoga... Si no sabéis qué hacer o por dónde empezar, es fácil, comenzad por lo que os resulte más cómodo. También podéis probar varias técnicas hasta encontrar la que resulte la más adecuada.
El despertar espiritual va ligado a ser conscientes, a vivir con plenitud la vida, tanto lo bueno como lo difícil, incluyendo la superación de pruebas y obstáculos cuando los haya, a aprender a reírnos de nosotros mismos, y encontrar el punto de equilibrio que nos permita seguir viviendo y avanzando en paz, calma y armonía.
La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.