La vida se compone de miles de instantes, unos alegres, otros tristes, y muchos, en los que hay un poco de todo, como los colores del arco iris.
Disfrutar de la vida con alegría, no significa ver todo de color rosa, ni vivir ajenos a lo que sucede. Para valorar la felicidad, tenemos que saber lo que es la pena, la tristeza, y el dolor. Ser felices va a depender de nuestra actitud, del enfoque positivo, de la capacidad de adaptación a los cambios de la vida.
A lo largo de mi experiencia, especialmente en consultas de mediumnidad, he ido encontrándome con personas que no se atrevían a disfrutar de la felicidad; muchas veces por miedo, por sentirse culpables, por no saber cómo hacerlo, por creer que no eran justos con sus seres queridos.
Los seres que han fallecido, no desean que suframos, ni que dejemos de vivir por ellos. No les ayudamos haciéndolo. Ellos no sufren, nosotros si. Nuestro dolor, no es el suyo. Es sólo nuestro.
Sentirnos culpables por estar vivos, por sonreír y reír a pleno pulmón, por cantar, por tener ganas de hacer planes y disfrutar de ellos, no hace que los seres que han fallecido se sientan mejor. Al contrario, buscarán la manera de hacernos llegar que quieren vernos felices; porque ellos, lo están. Suelen ser muy repetitivos intentando que sus familiares comprendan que se encuentran bien y sin ningún tipo de sufrimiento.
Nos aman y quieren que disfrutemos de la vida. Están con nosotros, a nuestro lado, dándonos fuerza, apoyo, y deseando que sigamos nuestro camino hacia adelante. Podemos compartir con ellos nuestro día a día.
Cuando la muerte de un ser querido es reciente o ha pasado poco tiempo, normalmente no tenemos ganas de reír mucho. El dolor, la pena, suele ser muy grande. El duelo, da tiempo, para que vayamos colocando las cosas en su sitio. No significa que nos olvidemos de ellos. La ausencia física, el no poder abrazar, acariciar, besar o vernos reflejados en sus ojos, duele. Y aunque es más fuerte al principio, con el paso del tiempo, puede aparecer de manera inesperada en algún momento o situación.
Podemos disfrutar de la vida, poco a poco, no hay prisa. Podemos comenzar por apreciar todo lo que tenemos, lo que somos, enfocarnos en lo positivo. Así, darnos permiso para disfrutar de los pequeños instantes de felicidad que nos regala la vida. Podemos emocionarnos viendo un precioso amanecer o atardecer, viendo la sonrisa de un niño pequeño, la alegría tras los logros de los demás. Recordando que compartir, también es vivir.
Y para vivir, debemos dejar atrás la culpa y el remordimiento. No lleva a ningún lado, y sobre todo, no ayuda a nadie, ni a nosotros, ni a nuestros seres queridos que han fallecido. Ellos no van a estar mejor, si estamos tristes, si sufrimos, si no vivimos. Al permanecer cerca nuestro, harán todo lo que esté en sus manos para ayudarnos a disfrutar, muchas veces incluso a nuestro pesar, porque no entendemos que nos pidan que estemos bien cuando nos duele tanto su ausencia.
El amor es libertad. Y porque les amamos, podemos decirles, "te amo, te quiero, te echo de menos, me encantaría que estuvieras a mi lado. Sin embargo, ahora estamos en planos distintos, sigue tu camino, avanza. Yo seguiré el mio, sabiendo que si me falte el aliento, estás a mi lado apoyándome. Sabiendo que mi alegría te ayuda a avanzar. Mis sentimientos no te retienen, seguimos creciendo y avanzando, y aunque estemos lejos, estamos muy cerca. Y dentro de un tiempo, volveremos a encontrarnos. Sigue tu camino. No te retengo, eres libre, te amo".
La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.