sábado, 28 de enero de 2012

Enviando Luz y Amor

Hoy quiero hablar sobre un tema que es muy sencillo en todo su proceso, pero explicarlo parece más complicado. Intentaré ser lo más clara posible y ojalá lo consiga. Se trata del envío de luz y amor, en qué consiste y cómo hacerlo. 

Se puede enviar Luz y Amor a todos los seres, ya estemos vivos y muertos. Pero a qué nos referimos exactamente cuándo hablamos de Luz y Amor, pues nada más y nada menos, que a lo que indican dichas palabras.

El Universo, los diferentes planos, dimensiones y vibraciones que nos rodean y en los que vivimos, son energía, al igual que nosotros. Ésta, está llena de color, de amor, de luz que irradia la vibración amorosa y positiva. La Luz que nos rodea es más pura, brillante que la que vemos con los ojos físicos. Ya que la vemos a través del corazón, de la intuición.

Lo mismo ocurre con el Amor. Vivimos inmersos en él, somos amor, pero se nos olvida. Vemos el amor como una energía de unión entre los distintos seres ya sea familiar, de pareja, de amistad. Sin embargo, el Amor es mucho más que nuestra percepción. Lo abarca todo, es y está en todo.

Cuando alguien está mal, le vemos preocupado o con dificultades, solemos decir que le enviamos luz, amor y energía. En realidad, lo que estamos haciendo, es que a través de nuestra intención, de nuestro deseo, que encuentre las herramientas, los mecanismos que le lleven a dar con la respuesta, solución o bienestar que necesite. Y funciona. Todos estamos conectados entre sí de manera invisible a nuestros ojos pero no a nuestro corazón. Existen carreteras invisibles, conexiones de energía que hacen que ésta se mueva y conectemos con la persona que queremos.

Cuando enviamos energía, Luz y Amor a los seres vivos, lo podemos hacer a través de Reiki, oración o energías similares; también, siendo conscientes de que queremos que esa persona encuentre lo que necesita. Nuestra petición debe ser clara y precisa, totalmente objetiva, pediremos que le llegue todo aquello que necesita. 

Pondré un ejemplo, ante una ruptura amorosa de alguien cercano o nuestra. No debemos pedir que esas personas vuelvan a estar juntas, sino pediremos que encuentren su camino, su verdad. Imaginaros que después de pedir por su vuelta con tanta fuerza e ímpetu, vuelven; pero la relación todavía es peor de lo que era antes y el sufrimiento mayor. Si han de volver, ya lo harán.

A veces sin querer y desde nuestra manera de entender el amor, podemos entrometernos en las vidas de los demás e interferir en ellas cuando no es necesario y no sabemos las consecuencias que tendrá en todos nosotros.

Con los seres que han fallecido. Al enviarles Luz y Amor, lo que estamos haciendo es que se encuentren arropados, amados, queridos, que no se sientan atrapados entre este mundo y el otro plano; deben volver a casa, al Amor y el camino para hacerlo es a través de la Luz. Lo que para nosotros es una autopista, para ellos es la Luz.

Lo más importante al enviar Luz y Amor, es la intención. Debe nacer del corazón, estar llena de fuerza y en ella va implícito una vez más, que deseamos su bienestar de manera objetiva.

Una de las maneras más sencillas de hacerlo, es al encender una vela pensando en ellos. Asociamos la llama de la vela, con un faro en la oscuridad, y a su vez, les estamos diciendo que deben encontrar la luz que está esperándoles. Digamos que es un recuerdo, una constante y una manera de reforzar nuestro deseo que su viaje sea lo mejor posible.

Hay quienes encienden velas todos los días a sus seres. Es una cuestión personal. El ritmo de consumo nos indicará cómo está el ser. Cuánto más lento, más necesidad de luz e iremos encendiendo más velas hasta ver que se consumen de manera normal. Normalmente suelen usarse velas blancas.

Podemos enviar Luz y Amor, a través de la oración. De rezar, de poner nuestra intención en la fuerza de la vibración que tiene la oración. Los creyentes, suelen poner misas a los seres y la vibración que se mueve en ellas, les ayuda a elevarse.

También podemos enviar Luz y Amor, en una visualización, en una meditación. Siempre y cuando la intención sea la adecuada, es decir, que desde el corazón deseemos que encuentren paz, amor, la luz que guíe su camino en esa vuelta a casa.

Como veis es sencillo, espero no haberme extendido demasiado.


La foto de la imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

domingo, 22 de enero de 2012

El suicidio y la Luz

Reina del Mambo, del blog La reina del mambo, preguntaba en uno de sus comentario qué pasaba con las personas que se suicidan. Le prometí que escribiría una entrada sobre ello.

La muerte, es ese tránsito inevitable por el que todos debemos pasar antes o después. Voy a hablar desde mi experiencia, al margen de la religión y de la filosofía.

Todos los seres al morir pasamos a un plano en el que disponemos del tiempo suficiente para revisar nuestra vida y tenemos la oportunidad de seguir evolucionando, dando igual si nuestra muerte ha sido provocada por nosotros o por otros; ha sido accidental, natural o debida a una enfermedad. Lo que en esta vida, en este plano material, llamado tierra damos importancia, pasado al plano espiritual carece de ella. 

La muerte por mucho que nos asuste, nos de miedo, es mucho más sencilla de lo que parece. Dejamos de vivir en el plano físico para hacerlo en el plano espiritual. Da igual si somos ateos, agnósticos, religiosos practicantes o no. Una vez en el otro plano, estos conceptos desaparecen y en consecuencia también lo hacen las etiquetas que ponemos a lo bueno, a lo malo; al premio, al castigo; es decir, al cielo y al infierno. Dependerá de nuestra formación intelectual o religiosa que demos unos nombres u otros a lo que ocurre, el paraíso, Dios, la Energía, Luz, Amor, etc... Lo mismo sucede con la culpa, el castigo, el infierno.

Aquí en la tierra tenemos el concepto de que suidarnos es atentar contra Dios, luego es pecado. Se nos olvida que el ser humano tiene libre albedrío y significa que puede elegir, por muy duro que sea, la manera de morir. Quiero dejar claro que diciendo esto no estoy animando a nadie a quitarse la vida.

En cuanto a mi experiencia con seres que decidieron suicidarse es similar a los que lo han hecho de otra manera. Cada ser vive su transición según su conciencia, su grado de evolución, dando igual si ha sido un ermitaño, un asesino, un santo, etc. Indudablemente un ser que ha tenido una vida complicada, compleja, dolorosa, atormentada, necesitará más tiempo para serenarse y comprender sus decisiones que otro que ha tenido una vida más armoniosa.

En el plano espiritual no existe la culpa, el castigo. Está el Amor que todo lo arropa; nos da libertad para recapacitar, reconsiderar nuestros hechos y la oportunidad de quedarnos entre nuestros seres queridos o seguir avanzando en nuestro camino.

He canalizado a varios seres que habiéndose suicidado, siguen estando al lado de sus seres queridos, ayudándoles a seguir adelante, a avanzar. Por lo que he visto hasta ahora, los seres que se quedan aquí, tienden a sentirse culpables por no haber podido evitar su muerte, sienten angustia al creer que pueden estar perdidos en algún lugar sin encontrar la paz.

Tal vez por estos motivos, los seres que se habían suicidado, han dejado claro a sus familiares y amigos que están bien, rodeados de luz y de amor, dándoles ánimos y ayudándoles a superar sus miedos.

Uno de los casos más recientes sobre suicidio que recuerdo, ocurrió hace unas semanas, cuando estuvo en consulta a una mujer, cuyo marido se había suicidado hacía poco tiempo. Ella tenía sentimientos encontrados. Por un lado se sentía culpable por no haber previsto su marcha y haberla evitado; y por otra parte, quería saber cómo estaba.

Su marido se presentó envuelto en una luz brillante de color blanco. De todo lo que contó, me acuerdo que le dijo que le quería mucho, ella no hubiera podido evitar su muerte, que su muerte no había sido un accidente y que en realidad su marcha se debía a que no se sentía preparado para seguir viviendo aunque aún no había llegado a entender el porqué del vacío que le había atrapado. Estaba comprendiendo que había huido pero no de ella. Le pidió perdón por haberse ido sin despedirse y ella rompió a llorar. Después, me comentó que ese hecho le había angustiado mucho, sabía que no había sido un accidente pero su marido se había ido sin despedirse y no lo entendía dada la relación tan buena que tenían. Tras el mensaje de su marido creía que podía ver la situación de otra manera y le tranquilizaba saber que él se encontraba en la luz y bien. 

Al final, cuando pasamos al otro plano lo que nos retiene somos nosotros mismos, ya sea porque necesitamos más tiempo para reflexionar, avanzar o porque hemos decidido quedarnos para ayudar a los que queremos, no la forma en que hemos muerto.


La foto de la imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

lunes, 16 de enero de 2012

Preguntas sobre nuestros seres queridos ante su partida

Mary Carmen en uno de los comentarios de la entrada anterior, tras la muerte de su madre, preguntaba a dónde había ido, cómo estaba y se sentiría, que pensaría, si podía verle, etc. Éstas son  algunas de las preguntas que solemos hacernos cuando perdemos a un ser querido.

Antes de que llegue el momento de la muerte, los seres que están a punto de partir, suelen hablar de que ven a seres que partieron antes que ellos. A veces comentan que están con su madre, que ha venido a buscarles un tío, un hermano, un amigo, etc. 

No partimos sólos, lo hacemos acompañados por seres que amamos, quisimos y tenemos una vinculación especial con ellos. Nos guían y tranquilizan, haciendo que el tránsito sea lo más fácil y tranquilo posible.

Al morir, no todos seguimos el mismo proceso; unos van más rápido y otros más lentos, pero seguimos el camino correcto, el de la luz. Volvemos a casa, pero cada uno sigue su ritmo y vibración. Algunos seres pasan de plano y otros deciden quedarse para ocuparse de sus proyectos, seguir aprendiendo, ayudar a sus familiares, etc.

Las personas que se marcharon sin haber podido arreglar problemas o situaciones que quedaron inconclusas, suelen necesitar más tiempo para superarlas que quienes se marcharon libres de responsabilidades. Incluso, hay seres que necesitan pasar un tiempo descansando y recuperándose del sufrimiento o dolor que pudieron vivir tras sufrir una larga enfermedad, dolorosas experiencias, frustraciones o situaciones complicadas.

Tras pasar digamos "por unas vacaciones relajantes" donde el alma se recupera, algunos seres eligen quedarse junto a sus seres queridos aportando su luz y guía, su fuerza para que superen el dolor de su pérdida o ayudarles en otras situaciones.

Si, los seres nos escuchan, nos ven, nos sienten. Lo hacen a nivel energético, a través del amor que nos une, aunque invisible es poderoso y eterno.

¿Podemos pedirles que nos ayuden? La respuesta es si, pero sin abusar. Siempre y cuando lo hagamos con el corazón, desde el amor, y tengamos muy claro que ellos son libres de partir y deben seguir su camino hacia la luz. Es decir, no debemos atarles para que se queden con nosotros, aunque ellos eligan continuar a nuestro lado por algún motivo especial.

¿En qué nos pueden ayudar? A superar nuestro dolor, la pena, la ausencia, en saber cómo se encuentran, si están bien, en algún tema concreto que nos preocupe, etc.

Nosotros también podemos ayudarles. Aunque se encuentren bien, nunca está de más enviarles luz y amor, para que sigan su camino, su proceso. 

Permaneceremos atentos a nuestros sueños, pues es habitual que les veamos mientras soñamos y nos den información, como por ejemplo, se despidan si antes no lo pudieron hacer, nos dicen si están bien, o nos mandan amor y paz....

Además de los sueños pueden notarse su presencia a través de otras señales, como pueden ser los aromas, luces de colores, sentirles cerca porque nos acarician, etc. Cada persona es un mundo y ellos se pondrán en contacto con nosotros de la manera que consideren que es la más adecuada para que podamos entender lo que nos dicen.

Y por último, si vemos que no somos capaces de interpretar o ver sus señales, siempre podemos acudir a algún especialista que sea de confianza que nos ayude a comunicarnos con ellos.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

lunes, 9 de enero de 2012

La Muerte siempre sin Tabú

Os presento a José Antonio Senovilla, del blog Pensamientos JFS. Seguramente muchos de vosotros ya le conocéis. El año pasado tuvo una idea estupenda, y es escribir una entrada sobre la temática de cada uno de los blogs que visitara, siendo todas distintas. Fomentando de esta manera nuevos intercambios entre todos nosotros. Hoy, visita este blog y el tema escogido ha sido, su visión sobre la muerte.

Aquí dejo la entrada que ha escrito. Espero que os guste tanto como a mi.


La Muerte siempre sin Tabú

El Peregrino de la Blogosfera llega por fin al rincón de Maria Eugenia y lo hago con las ganas de escribir y meditar sobre la temática tan especial que toca siempre este blog desde la reflexión.

Comenzaré diciendo que una parte espiritual de mi ser me dice que tiene que existir algo más allá cuando nos llegue la despedida de este mundo, la religión influye mucho en este pensamiento y sobre todo la confianza en que esta larga existencia que nos da la vida no puede perderse por el mero hecho de culminarla con la muerte.

Por otro lado una parte racional de mí me muestra día a día que cuando la muerte llega todo se acaba, todo se termina y cabe la posibilidad de que realmente ya no exista nada más para la persona al cruzar el umbral del fin de sus días.

Esa lucha constante por pensar en la muerte tiene en nuestras vidas una influencia que a veces es capaz de cambiar nuestra forma de vivir y otras es un ancla para nuestra felicidad.

Este año falleció el abuelo y para mis pequeños fue un momento crucial para comprender con inteligencia lo que es la muerte y lo que conlleva tanto para la persona que se va como para los que se quedan.

Ellos dieron una despedida a su bisabuelo viendo la cruda cara que deja la muerte en un ser vivo, ellos confiaron en mis palabras y convencido de que al no existir miedo y ocultismo en algo tan cotidiano que van a tener que ver a lo largo de sus vidas dio sin duda el resultado buscado.

Durante unos días el tema fue sobre la muerte, sobre la vida, sobre la vejez, sobre los que se mueren pronto, sobre los que se mueren más tarde, conversaciones con pequeños de gran transcendencia y aprendizaje que lo mejor de todo fue afrontarlo sin tabús desde el primer instante y obtener los mejores resultados para entender el momento de un adiós definitivo a un ser querido.

Y es que amigos lectores para un servidor la muerte está llena de oscuridades que nuestra sociedad crea sobre ella e inculcamos sin querer miedos y dudas a nuestros hijos que conservarán por desgracia durante mucho tiempo, por ello que la mejor opción es siempre la verdad y tratar ese momento de dolor, de duelo, de perdida con la misma claridad que explicamos y aleccionamos sobre el bien y el mal a nuestros hijos.

Yo aún recuerdo mi primera visión de un muerto, tenía 9 años y era mi padre tumbado sin vida en la cama y mis labios dando un beso en su mejilla mientras con lágrimas le decía un “adiós papá”, instantes que están presente siempre en mis recuerdos y que sirvieron para que aquella misma noche entendiese el poder de la muerte, lo que puede hacer esta con cualquiera de nosotros en cualquier momento y lo que significa un último adiós a un ser querido.

Qué importante fue en mi vida el poder despedirme de mi padre de esa forma, de no haber sido así, de haber existido tabú en mi educación o miedos infundados al enfrentarse a una cruda realidad, no sé lo que habría aprendido sobre un hecho que está presente a lo largo de nuestra vida con excesiva frecuencia.

Después he visto muchos muertos, unas veces por circunstancias laborales, otras por ser familiares y lo cierto es que el dolor no se apaga, el duelo siempre está presente, pero no hay miedo, conozco los efectos de la muerte y sé que es lo único en este mundo que no tiene vuelta atrás por muchas lágrimas que derramemos.

Así que mi espíritu sigue en una constante búsqueda de un después especial para cuando nos llegue la hora de partir, pero mi parte más racional me dice que es aquí y en esta vida dónde tenemos que dar todo y aprovechar cada segundo de nuestra existencia.

Gracias por tu invitación y la calurosa acogida que me has dado en esta invasión.

Gracias a ti, por escribir desde el corazón sobre un tema tan delicado y hacerlo con ternura. Ha sido un placer leerte y que hayas participado en este rincón.


La imagen está tomada del blog de José Antonio Senovilla, y de su iniciatica Senovilla Peregrino en la Blogosfera.

martes, 3 de enero de 2012

Hablando de niños

Pienso en los Reyes Magos y automáticamente aparecen ante mi, imágenes de niños sonrientes, ilusionados, llenos de esperanza, temorosos y a la vez entusiasmados, y sobre todo, llenos de alegría.

Así que aprovechando que son fechas en las que los niños son más protagonistas que otras veces, hablaré de ellos en esta entrada.

Los niños están abiertos a lo nuevo, no analizan como nosotros todo lo que ven, piensan, sienten y perciben. La imaginación y creatividad forman parte de sus vidas, pero tampoco debemos olvidar que están menos contaminados mentalmente que nosotros.

La mayor parte de los niños perciben situaciones y seres. Con el paso del tiempo dejan de hacerlo, ya sea por la educación que reciben, porque vivimos en una sociedad que tiende a marginar y criticar a los diferentes, porque se les olvida que saben ver. no le dan importancia a lo que perciben, etc..

Hace unos días, unos padres me comentaban que su niño de cuatro años, les dijo que cuando era pequeño, antes de ser el de ahora, vivía en un pueblo, tenía un burro, se llamaba Carmen y les describió a qué se dedicaba. Lo dijo sin más, no le dio importancia a lo que decía. Sabía quién había sido en otra vida, lo consideraba normal. 

El niño recordó de pronto quién había sido, y este hecho no suele ser único, ni especial. Muchas veces los niños recuerdan pasajes o información de sus vidas pasadas y saben quiénes son en la actual. Para ellos no supone ningún trauma, ni un problema. Se trata simplemente de una información más.

Otro niño, el hijo de una amiga mía, ve a seres que se han muerto desde que era pequeñito. Pensaba que el resto de su familia les veía y no entendía por ejemplo, que cuando se montaban en el coche, su madre no les pusiera el cinturón de seguridad a los niños que les acompañaban. Según fue haciéndose más mayor, fue consciente de que veía con claridad a los seres, ya fueran niños o adultos. A veces se asustaba porque, algunos seres le pedían ayuda y él no sabía a qué se referían. Otras veces, en cambio, se sentía seguro al sentirse acompañado por luces de colores.

Este niño, gracias a la ayuda de su madre, ha ido entendiendo e integrando lo que ve y percibe. Para él es algo natural, forma parte de su ser. Es un niño normal, que se ríe, juega y divierte como el resto de los niños de su edad. 

Ante la llegada de los Reyes Magos, permitámonos ser de nuevo niños, recordemos la ilusión que teníamos y que ésta jamás falte en nuestras vidas. La ilusión es uno de los motores que hacen que la vida tenga sentido y sea más positiva, divertida, esperanzadora y alegre.

Felices Reyes Magos a todos.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.