Son fechas especiales para todos aquellos que han perdido a un ser querido. Todos los días recordamos a quiénes han fallecido. Les añoramos, hablamos, contamos nuestra vida, echamos de menos e incluso podemos sentirles junto a nosotros.
Aunque sabemos que siempre están junto a nosotros y nos acompañan allá donde vayamos y hagamos, a veces necesitamos ir al cementerio o al lugar donde aventamos o depositamos sus cenizas. Creemos que allí, podemos sentir su presencia más cerca, ya que nos resulta más fácil contarles cómo nos va la vida, qué hemos hecho, qué cambios y novedades han ocurrido tras su marcha. Podemos decirles cuánto les queremos y les echamos de menos.
Son días en que los sentimientos y emociones pueden estar más a flor de piel. Días de homenajes, de evocaciones y recuerdos, de nostalgia y añoranza, de encuentros y reencuentros, de silencio o de compartir anécdotas con amigos y familiares.
No existe una manera especial de recordarles. Todo es válido y correcto. Desde ir a llevarles flores, cocinar su comida favorita, escribirles una carta, charlar con ellos, cantar su canción, pasear por donde solían hacerlo, encender una vela...
¿Habéis pensando hacer algo especial el día de Difuntos y de Todos los Santos? ¿Cómo vais a vivirlo?