viernes, 9 de enero de 2015

Los niños: sueños, pesadillas y vidas pasadas

Ya hemos estrenado el año nuevo y acabamos de pasar Reyes, una fecha mágica, sobre todo, para los niños. En la entrada de hoy, vamos a hablar sobre ellos, los niños, sus sueños, miedos o recuerdos de vidas pasadas.
  
María Fernanda, escribió un comentario en la entrada, Cómo distinguir un sueño de un encuentro astral con los seres queridos ya fallecidos. En él, deja clara su preocupación por lo que cuenta su hija de cuatro años.

He pensado que la cuestión que plantea es interesante, y puede ayudar a otras personas que estén viviendo situaciones parecidas.

María Fernanda: (...) Quisiera que me ayudarás con algo que me ha sucedido. Tengo una niña de 4 años de edad, que se despertó llorando por un sueño que tuvo. Lo que ella me comenta es lo siguiente: que estaba con sus compañeras de ballet en un cuarto que era como un hueco y que había también un loco, pero que las puertas de ese hueco se fueron cerrando y las aplastaron a todas y ahí se fueron al cielo. Ella me dice que estaba muy triste (incluso cuando lo cuenta se pone a llorar) porque ella se fue al cielo, donde estaba también su abuela, su tia y su papa (todos están vivos y vivimos juntos) pero que ella lloraba mucho porque yo me había quedado totalmente sola con su hermana (2 meses de nacida) en la casa. Quisiera una orientación del significado de este sueño, ya que cada vez que se acuerda llora y llora. Dice que no se quiere ir al cielo y dejarme sola. Ella realmente no sabe bien sobre la muerte, ya que se lo hemos explicado poco porque apenas cumplió los 4 años y tampoco ha muerto ningún familiar con lo pueda asociar.

¿Que podemos hacer cuando un niño cuenta algo parecido a lo que le ha pasado a la hija de María Fernanda o da información sobre situaciones que en teoría debe desconocer? Para nosotros, los adultos, puede resultar chocante, extraño lo que sucede y es complicado saber cómo enfocar la situación.  

En el caso de la hija de María Fernanda, y al igual que sucede a otros, cuando hay angustia y miedo, lo primero, es calmar y tranquilizar al niño. Que sienta que está seguro y arropado.

Una vez que el niño esté tranquilo, no tiene que ser al momento, de la manera más sencilla y natural, le haremos la siguiente pregunta: ¿qué eras cuando eras mayor?. Podemos realizar más preguntas como ¿dónde vivías cuando eras mayor?, ¿qué éramos cuando eras mayor?. Las que sintamos y creamos que puedan ayudar a entender lo sucedido. 

La clave está en, cuando eras mayor. Los niños hasta aproximadamente los siete años, están más abiertos, más conscientes y tienen más recuerdos de otras vidas. Es posible que nos digan, que no se acuerdan o que nos respondan que cuidaba de nosotros, era bombero, etc. Debemos vivirlo con naturalidad, porque para ellos lo es.

Volviendo a la niña de María Fernanda, lo primero sería intentar averiguar si realmente ha tenido un mal sueño, una pesadilla, motivada por algún comentario que ha oído, una película que ha visto; o se trata de un recuerdo de otra vida.

Para ello podríamos preguntarle: qué era de mayor, si le gustaba bailar, cómo y quiénes eran sus amigas del ballet. Según la información que recibamos, podemos seguir preguntándole hasta tener una idea de lo ocurrido. Es importante no tener prisa, hacerlo con naturalidad y dándole confianza. Es posible, que nos vayamos enterando por fases. Un día contará un poquito, otro día otro poco, etc.

En el caso de que fuera el recuerdo de una vida pasada, puede estar describiendo el derrumbe de una habitación y su muerte por aplastamiento, y a los seres con los que se encontró tras su muerte. Y si fuera una pesadilla, puede que haya visto el derrumbe de un edificio en una película, dibujos animados, telediario, etc. y esté expresando su miedo a morir y a los seres a los que va a echar de menos.

También podría tratarse de una mezcla de ambas, de miedos reales y de recuerdos de una vida pasada. Un hecho ha impactado en ella y ha expresado su temor a la muerte, y a la vez, cuenta qué seres viajan con ella a lo largo de varias vidas.

En este mundo de lo sutil, debemos ser realistas, los más imparciales posible, y permanecer abiertos a fluir con el corazón, dejando la mente en un segundo plano, pues ella es la que ordenerá toda la información que recibiremos. Reconozco que no suele ser fácil.

Cuando hay niños y cuentan historias que escapan a toda lógica, podemos pensar que tienen una imaginación desbordante, y en muchos casos, así es. En cambio, en otros, si tenemos el corazón abierto, si sabemos escuchar sin juzgar, podemos llegar a descubrir qué lazos nos unen a nivel de alma; reconociendo que a pesar de que morimos, volvemos a reencontrarnos, no sólo tras la muerte, si no también, en otras encarnaciones, en otras vidas.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.