sábado, 26 de mayo de 2012

Las Familias de Almas de Marie Lise Labonté

En estos momentos de grandes cambios que estamos viviendo en el que las energías están acelerando las transformaciones personales, es bueno saber quiénes somos o a qué familia de almas pertenecemos. No se trata de un requisito imprescindible, nuestra vida no va a cambiar por ello, pero si, puede ayudarnos a entender ciertas experiencias o sucesos que vivimos, puesto que nunca dejamos de ser almas.

Hace ya un tiempo, cayó en mis manos un libro llamado Las Familias de Almas, escrito por Marie Lise Labonté. Ella es canalizadora y psicóloga. A través de su canal contacta con los ángeles Xedah, que le transmiten la información acerca de las distintas familias de almas que están más presentes en este cambio de milenio, en estos momentos de crisis y profundas transformaciones que estamos viviendo.

Cada uno de nosotros, como alma que somos, pertenecemos a una familia de almas. Cada uno tiene una misión específica que realizar, unas ayudan al medio ambiente y a restablecer el equilibrio en la tierra, otras sanan y curan, otras guían a las almas a través de los tránsitos de sus vidas, las hay maestras, transformadoras, etc.

Como almas pertenecientes a un grupo determinado, elegimos, los aspectos que hemos venido a trabajar. Ninguna familia es mejor que otras, ni sus misiones más o menos importantes que las demás. El no conocer a qué grupo pertenecemos, no significa que dejemos de desarrollar lo que hemos venido a hacer. Lo seguiremos haciéndolo, A su vez, nos encontraremos con las personas adecuadas para llevarlo a cabo muchas veces sin ser conscientes de ello.

En este libro, además de las familias más representativas que hay en estos momentos, también se habla del alma, de su esencia, de cómo está formada, cuál es su origen y función dentro de la propia familia ya sea encarnada en la tierra o en el plano espiritual. Así mismo, habla de los diferentes tipos de almas, almas hermanas, almas gemelas, etc.

Algunas partes del libro, resultan algo más complicadas de entender que otras, sobre todo las que hacen referencia a los tipos de almas y su misión dentro de la célula. La parte en la que describe las distintas familias de almas es fácil de entender. A algunas personas, resulta fácil reconocerse en ellas, otras en cambio tienen dudas, ven que pueden pertenecer a dos grupos.

En mi caso, fue muy claro. Me encontré conmigo misma, es decir, al leerlo, expresaba con claridad frases que suelo decir y situaciones que he vivido y sigo viviendo. Insisto, no es bueno, ni malo el reconocerse o no. Simplemente representa una información más, que viene bien en este mundo tan cambiante a nivel evolutivo y espiritual.

Os animo a que descubráis a qué familia de almas pertenecéis.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

sábado, 19 de mayo de 2012

Taller de Canalización en San Sebastián

Hoy quiero presentaros un taller de canalización que voy a dar el próximo sábado día 9 de junio.

La canalización consiste en conectar con las energías que nos rodean, desde las más altas vibraciones, guías, seres de luz a las de los seres queridos fallecidos o más cercanos. Englobaría todo contacto o conexión con las energías, inclusive la mediumnidad.

Este taller es un acercamiento a la canalización, cómo podemos trabajar con nuestra energía, distinguirla de la de los demás. Haremos algunos ejercicios y trabajos de conexión. etc.

Aquí dejo la información:

El Sábado 9 de Junio María Eugenia Aurensanz, VIDENTE, MEDIUM Y CANALIZADORA, impartirá un taller de canalización.

TALLER DE CANALIZACIÓN

Este taller tiene como objetivo el acercamiento al mundo de la canalización . Basándose en su propia experiencia María Eugenia nos explicará en que consiste ser un canal y de que forma poder trabajar.
Para ello en el taller se harán visualizaciones y práctica con el objetivo de aprender a percibir nuestra propia energía y la que nos rodea.

Antes de finalizar el taller si María Eugenia recibe algún mensaje para alguno de los presentes se lo dará.

El Taller se realizará en:
Centro AMALUR  
C/ Ferrerias / Olaeta  19 puerta  11. AMARA
DONOSTIA- SAN SEBASTIAN

SABADO 9 DE JUNIO DE 10:00 A 14:00

PRECIO 60 EUROS.
Para aquellos que os queráis apuntaros, dejo la siguiente dirección de correo de contacto:
bidereiki@hotmail.com


La foto es de un mandala mío.

martes, 15 de mayo de 2012

Lise, un guía en mi vida

En otras entradas he hablado de los guías, esos seres maravillosos y llenos de amor, que cuidan y velan de nosotros. En ésta de hoy, hablaré de uno de mis guías.

Algunos de los seres queridos que han fallecido forman parte de los guías que nos rodean; otros en cambio, no son familia, están junto a nosotros por afinidad, compartimos una misma vocación, pensamiento, actitud o necesitamos de su fuerza para seguir adelante.

Su presencia a veces es temporal, el tiempo necesario para superar o aprender alguna cuestión; o por el contrario, deciden quedarse para siempre.
Quiero hablaros de Lise. No se cuándo apareció en mi vida, supongo que siempre ha estado ahí, junto a mi. A lo largo de mi vida, he podido sentir su presencia, su cariño y protección.

Hace ya muchos años, unos veinte, estaba enferma en la cama, tenía traqueobronquitis. Una noche, estaba dormida, y algo me despertó. No fue un sobresalto, simplemente supe que tenía que abrir los ojos. Estaba despierta y consciente. Puede reconocer la habitación y sabía dónde me encontraba. Me giré y vi a mi lado, pegada a la cama, a una mujer que me miraba muy dulcemente. A través de ella, de su cuerpo transparente podía ver la ventana de la habitación. No estaba asustada. Me sentía bien.

Me dijo, "duérmete, cuido de ti". Le obedecí. Cerré los ojos y descanse. A la mañana siguiente, repasé lo que había ocurrido, con quién había hablado y si era real o imaginario. Comencé a analizar con la mente lo que había pasado y cómo me había sentido, aunque tenía la certeza absoluta de que no era una fantasía, siempre merece la pena asegurarse. 

No conocía a aquella mujer, era la primera vez que le veía. Su mensaje tenía sentido, ella cuidaba de mi mientras estuviera enferma. Además, me sentía cuidada y que alguien velaba por mi, mientras descansaba. Esta amorosa mujer, no me ha dejado sola nunca, ha ido apareciendo en otras ocasiones, cuando he vuelto a estar enferma, cuando le he necesitado y le he llamado. He sentido su fuerza llena de amor y dulzura, su abrazo cálido y reconfortante.

Describí a mi familia cómo era físicamente esta mujer, por si le conocían. Mi madre pensó que podía ser la suya, pero los rasgos no eran los mismos que los de mi abuela. Durante un tiempo, no pude ponerle nombre, sólo sabía que era una mujer bondadosa que me cuidaba. Me dirigía a ella desde el cariño. Hasta que un día, me dio un mensaje, me dijo cómo se llamaba y que habíamos coincidido en otra vida donde también cuidaba de mi. Quería seguir haciéndolo, para ella era importante. Desde entonces le llamo Lise.

No suele aparecer en otros momentos, sólo cuando estoy enferma o me encuentro mal. A pesar de ello, suelo hablarle y contarle cómo me va la vida. No hace falta que le busque, ella aparece en el momento adecuado. Siento su presencia amorosa, dulce, tierna. Es una energía muy reconfortante y muy importante en mi vida. Me gustaría verle más a menudo, sentir su energía amorosa, pero es discreta. Su trabajo o misión es cuidar de mi en momentos de enfermedad o cuando no estoy bien. 

Es bonito conocer quiénes son nuestros guías, saber qué historia y vínculos nos unen, por qué están con nosotros. Lise no es el único guía a quién conozco. Hay varios más que aparecen, se dejan ver o muestran cuando consideran que es oportuno hacerlo y con el tiempo he ido aprendiendo a saber cuándo son; y también a charlar con ellos y pedirles su ayuda. En ocasiones, una vez cumplido su trabajo, desaparecen para dejar paso a otros nuevos. Somos muy afortunados por tener a seres que nos guían, cuidan y velan por nosotros, aunque desconozcamos quiénes son y cómo se llaman.


La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

martes, 8 de mayo de 2012

Más información sobre la evolución del alma

La entrada anterior creó ciertas dudas y preguntas, así que he decidido intentar explicar con mayor claridad algunos conceptos.

El alma es energía de amor y al encarnar, al estar en la tierra necesita ser materia, concretarse. De este modo, somos cuerpo y espíritu. El alma necesita el cuerpo, de lo físico, para llevar a cabo su misión, aprendizajes y evolución.

Aunque como almas, hayamos elegido vivir unas determinadas situaciones para poder aprender y evolucionar, podemos decidir no realizarlas, pues somos los responsables de nuestros actos y decisiones. Esto no conlleva ningún tipo de castigo o penalización. Simplemente somos libres y decidimos lo que pensamos que es lo mejor en cada momento, aunque no seamos consciente de ello.

El alma es eterna, infinita, y a través del tiempo va adquiriendo las experiencias que necesita para avanzar. Cuando una vida ha sido dura, complicada y muy difícil, el alma puede optar por pasar más tiempo sin encarnar hasta recuperarse o puede decidir vivir una vida tranquila, descansada y relajada, es decir, una vida sin apenas problemas. Podríamos hablar de esas personas que han tenido una vida sencilla, sin problemas y han sido felices. En estas vidas, la evolución como alma, sería mínima y si de recuperación; salvando las distancias, sería algo parecido a pasar unas vacaciones es un spa.

La evolución del alma es diferente en cada ser. Unas necesitan aprender o vivir unas experiencias que otras ya han integrado; el ritmo de aprendizaje lo decide cada ser. Nada es bueno, nada es malo. Todo es válido.

El aprendizaje se puede producir en un instante o a lo largo de toda una vida. Por eso, no existe una edad en la que se aprenda, lo son todas. A veces sólo es necesario entender una situación para que se produzca el cambio.

Son muchas y diversas las oportunidades que tenemos para aprender. Ante vivir un mismo hecho, las personas no reaccionamos, ni aprendemos y ni evolucionamos de la misma manera.

A modo de ejemplo, sin entrar en personalizar, y de manera muy general. Una persona tiene un accidente de coche que le dejan unas secuelas físicas importantes. Tras pasar momentos de frustración, rabia, ira, depresión, etc. se abre un abanico de posibilidades y oportunidades de aprendizaje. Veremos algunas de ellas.

1. Unas personas, decidirán que este hecho ha sido lo peor de sus vidas, las secuelas les impiden hacer una vida normal, no pueden trabajar del mismo modo que antes, su vida amorosa se ha ido al traste. Se sienten víctimas de la situación. Y entran en esta espiral de la que no salen nunca. Son una especie de adictos a la victimización.

2. Otras personas, ven en estas secuelas la posibilidad de hacer un cambio en su vida. Está claro que no pueden trabajar de la misma manera que antes pero pueden adaptarse a lo nuevo. Lo aceptan como un reto. No será fácil pero pueden con la situación. Su vida amorosa o emocional, también ha cambiado, pues les ha permitido ver, observar a su pareja, familia, amistades desde otra perspectiva, ampliándose su conocimiento sobre ellas. Esta dificultad de la vida, la aprovechan para amoldarse y adaptarse a lo nuevo. No es fácil, sin embargo deciden apostar por el reto de la superación.

3. Otro grupo de personas, reaccionan interiorizando lo que ha pasado, lo integran y deciden que en realidad el accidente, no es lo que esperaban, no les gustaba pero se han encontrado que les posibilita hacer un gran cambio en su vida. Deciden que ha llegado el momento de cambiar de trabajo, de buscar lo que les gusta y sentirse realizados; ven en sus familias, parejas, amistades, un gran abanico de comportamientos, desde la angustia, la sobreprotección, el abandono, el amor incondicional. Son capaces de ser objetivos y apostar por lo que desean. Son agradecidos con las circunstancias, que no eran las que esperaban vivir pero en vez de verlas como limitantes, las ven como trampolines para seguir avanzando en su camino.

Los tres grupos han vivido un mismo hecho con las mismas consecuencias pero la vivencia es muy distinta. Para unos ha significado vivir un fracaso y no querer salir de ahí, mientras que para otros, ha sido un paso difícil pero que ha traído una transformación profunda como persona. La evolución como alma será distinta en cada caso, ni mejor, ni peor; solamente diferente.

Al aprender y avanzar evolutivamente, se aceptan e integran las situaciones que vivimos, ya sean buenas o malas. Lo que conlleva el centrarnos en el presente y no en el pasado, ni futuro, pues se es consciente de lo que pasa ahora, es todo lo que se tiene. El evolucionar no implica que no se sufra, que no duelan lo que sucede, si no que la mirada es distinta. Es más fácil entender los comportamientos negativos de otras personas hacia nosotros, de poner límites a situaciones complicadas. Las emociones son menos dolorosas que antes. 

Evolucionar está en nosotros, como almas, y es un camino que todos recorremos, a veces de manera lenta, otras más rápido, e inclusive decidimos estancarnos y no aprender nada. Todo es válido. Y lo que no aprendemos ahora, lo haremos en otro momento. No hay prisa, siempre habrá oportunidades para aprender. Está en nuestra mano, saber verlas, integrarlas, disfrutarlas y vivirlas.


La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 2 de mayo de 2012

El camino evolutivo del alma

La vida y la muerte van juntas de la mano, una precede a la otra y viceversa. Por ello, es muy importante saber vivir, disfrutar al máximo de las oportunidades que la vida nos ofrece ya sea para aprender, divertirnos, avanzar y evolucionar.

La vida y la muerte, son dos aspectos que experimentamos en la tierra. Cuando morimos, el cuerpo físico queda abandonado o desaparece, siendo liberada el alma, que es eterna, y por lo tanto, vive siempre, transformándose cada vez que encarna.

La muerte es un paso, determinante, decisivo, al que a veces tememos, pero por el que debemos pasar todos. No recordamos, que la muerte es solamente una etapa del camino de evolución del alma, que al ser inmortal, decide cuándo regresar, al lado de quién, el porqué de las experiencias por las que va a pasar, junto a quién pasarlas, a quién amar, qué sufrimientos o padecimientos sentir o qué alegrías o éxitos disfrutar.

Al nacer, todo ello se borra, desaparece de nuestra mente, mientras que nuestra alma si lo recuerda y avanza para conseguir su propósito que no es otro que el de aprender y evolucionar. Por poner un ejemplo, se trataría de algo parecido a volver al colegio; comenzaríamos por primaria pasando por el resto de los cursos hasta llegar a la universidad, masters, doctorados, etc. Habrá quienes repitan curso, otros que vayan más rápido y hagan dos en uno o más, quiénes hagan más de una carrera. Del mismo modo, un alma puede estancarse, estabilizarse y/o evolucionar.

Somos nosotros mismos, como almas, quienes elegimos lo que nos conviene para avanzar, puede ser el vivir una muerte prematura, dulce en la ancianidad, el morir escalando una montaña o en un accidente, de una enfermedad, etc.

Además, cómo sabemos qué vamos a vivir y junto a quién, esto significa que nuestros actos llegarán a otras personas, influyendo en ellas; y ellas, lo harán en nosotros. Pondré un ejemplo, si yo, como alma, se que tengo que vivir la confianza en mi misma, buscaré a unos padres que me ayuden a trabajar este aspecto, ya sea desde lo positivo o negativo, a unos amigos que lo refuercen o unas situaciones que serán a veces delicadas o fáciles en función de si he aprendido o no, a confiar en mi.

Para ello, puedo experimentar situaciones críticas en las que sea la víctima de injusticias. Ello me lleva a tener que enfrentarme y a luchar por mi; y sólo podría hacerlo si creo y confío en mi. Mientras no lo haga, la vida irá poniéndome pruebas, cada vez serán más intensas hasta que las supere.

A la vez que vivo esta evolución o aprendizaje de alma, las personas que me ayudan en este proceso, desde las que ponen trabas y obstáculos a las que apoyan, también están aprendido de esta situación, cada una a su manera; puede ser desde un aprendizaje que conlleve la apertura de conciencia, el saber qué está bien o mal, qué puede hacer daño y aprender a darle la vuelta a la situación. 

Parte del aprendizaje consiste en saber que podemos cambiar si lo deseamos y sentimos desde el corazón. Podemos hacerlo siempre y cuando haya un proceso interno profundo de cambio de conciencia, de apertura y reconocimiento de dónde hemos obrado incorrectamente y saber qué no debemos repetir actitudes negativas no sólo con nosotros, sino también con los demás.

La vida y la muerte, son etapas en el camino evolutivo y de crecimiento del alma. Según sea nuestro grado evolutivo seremos más conscientes de qué ocurre con nosotros. Cada uno avanzará según sea su nivel, ello no implica ser mejor que otro, pues todos tenemos nuestro ritmo y velocidad; y las pruebas que vivamos y experimentemos serán acordes a ellos. Abramos los ojos, estemos atentos y observemos qué pasa con nuestra vida; si somos felices, qué no nos gusta, qué podemos potenciar o vivir. Podemos elegir, cambiarlo, está en nuestras manos.


La foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.