viernes, 12 de diciembre de 2014

¿Por qué no puedo soñar con los seres queridos fallecidos?

Sois muchos los que preguntáis, a través del blog, por correo o en consulta, por qué no podéis soñar con vuestros seres queridos ya fallecidos. 

Aunque la respuesta a esta cuestión, está respondida a lo largo de varias entradas y comentarios, voy a intentar hacer un pequeño resumen de los factores que influyen, en que no podamos soñar con nuestros muertos.

No todos los sueños, son encuentros con los seres queridos ya fallecidos. Algunos hablan de nuestros miedos, del dolor, del duelo que estamos pasando; en otros, puede que estemos reviviendo, momentos en que éramos felices junto a ellos; también podemos soñar con situaciones, que no hemos entendido, integrado y asumido. Todo ello aparece en los sueños para ayudarnos a superarlas. Estos, no serían encuentros con ellos. Simplemente, son sueños.

Ya sea soñar, tener un encuentro o contacto con nuestros seres queridos en los sueños, siempre es distinto con cada muerte, cada persona es un mundo y lo vive de manera diferente. Vamos ha mira hacia dentro, a observar cómo estamos, cómo nos encontramos tanto física, anímica, psicológica como emocionalmente. Esto es muy importante, porque todas las muertes nos afectan y remueven de forma distinta, y las circunstancias que nos rodean en la vida, suelen ser diferentes y van a marcar los sueños que tengamos y la apertura del canal.

Factores que influyen en que no soñemos o tengamos encuentros con los seres queridos:

1. Los encuentros y sueños los marcan los seres queridos fallecidos. Por muchas ganas que tengamos y muy abiertos que estemos a tener un contacto, son ellos, los que eligen la manera, cuándo, cómo, dónde y el qué quieren comunicar.

2. No todos estamos preparados para establecer una comunicación con los seres que han fallecido. Nuestro canal, puede que esté cerrado o semicerrado. El canal siempre se puede ir trabajando para ir abriéndolo y así, mejorará nuestra percepción y observación.

3. El dolor, la angustia, la rabia, la ansiedad, la ira, etc. bloquean el canal. Podemos estar nerviosos, sentir pena, pero abiertos. Es muy importante que las emociones no nos lleven de la mano, y guardar un cierto equilibrio y armonía. Podemos llorar, expresar nuestro dolor y emociones, y seguir estando en equilibrio.

4. La toma de ciertos medicamentos, entre ellos: ansiolíticos, sedantes, somníferos, depresivos, etc. pueden influir en que sea más difícil acceder y abrir el canal.

5. Recordar que no todas las comunicaciones se establecen a través de los sueños

6. No compararnos con nadie, ni familiares, ni amigos. Es posible, que personas de nuestro entorno hayan tenido sueños o encuentros con los seres queridos y nosotros no. No es bueno, ni malo. Ni indica que ellos tengan una mejor relación que nosotros con los seres fallecidos. Es posible que hayamos recibido mensajes o señales suyas, y no nos hayamos dado cuenta. Recordad el primer punto ;).

7. El tiempo no se mide de la misma manera en el plano en que están los seres que han fallecido y nosotros. Lo que para nosotros puede ser una eternidad para ellos, no. Recordemos que necesitan un tiempo para acomodarse al nuevo plano en el que están. No es bueno tener prisa, porque a veces lleva a la ansiedad, y podemos generar un bloqueo en el canal.

8. Si tenéis dudas sobre si lo que habéis vivido es un sueño o un encuentro con ellos, id al corazón, preguntaros cómo os habéis sentido, qué habéis experimentado en esos momentos. Ahí está la respuesta.

Es muy importante, ser paciente y observar lo que sucede. La información, la comunicación llegará en el momento adecuado, ni antes, ni después. Permaneced abiertos a todo de manera relajada, como si estuvierais viendo una película en el cine. Os encontraréis con sorpresas muy agradables.

Encontraréis más información en las entradas que hablan de: señales, comunicación seres queridos, mensajes, sueños, canalización, mediumnidad, etc. Podéis ir a la sección de Etiquetas que está en la en la página principal del blog, en la columna de la derecha.

- Las interpretaciones de los sueños, vivencias personales, etc. forman parte de las consultas. Para más información podéis pinchad en la pestaña Consultas de la barra superior de la página principal del blog.


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lunes, 17 de noviembre de 2014

Respondiendo a preguntas sobre la vida y la muerte

LaLoca Lucy, publicó un comentario entrada del blog, Qué significa, ser fuerte ante la vida. Me pareció muy interesante por las cuestiones que plantea. Prometí contestarle lo más rápidamente posible. Podéis leer a continuación la transcripción de las preguntas. 

LaLoca Lucy: (...) Pero sobre dónde vamos cuando morimos me quedan dudas, la sociedad y las culturas no me dejan en paz.
Todos, TODOS, vamos a un lugar de paz y amor a descansar hasta vivir de nuevo? Si fui malo/a en la vida? Si soy de una o de otra religión? Si no creo en la vida después de la muerte?

No es mi caso, pero quisiera saber si en verdad todos con nuestros pensamientos únicos nos vamos al mismo lugar y funcionamos de la misma manera. En verdad existe en "infierno"? O es solo algo que inventaron los humanos para asustar a los otros?

Entiendo que antes de morir seguiamos siendo espíritus... alguna vez nos crearon? O somos energía desde siempre y somos infinitos como el universo? (...).

Las preguntas que realiza son las mismas que lleva la humanidad queriendo saber desde el principio de los tiempos. No soy filósofa, ni teóloga. Las respuestas que doy son totalmente personales, y están basadas en mis experiencias vividas como canalizadora y médium.

En primer lugar, comenzaré diciendo que el infierno no existe. De existir un lugar parecido, estaría aquí mismo, sería la misma vida.

No hay un lugar al que vamos tras ser castigados. Por el simple hecho que nadie nos juzga; nadie, salvo nosotros mismos. Si consideramos que hemos actuado incorrectamente, pasamos un tiempo en el que recapacitamos y ponemos en orden la que ha sido nuestra vida. La revisión se realiza con los ojos del alma, no de la mente humana. Es decir, lo que para nosotros durante la vida, podemos considerar una atrocidad, para el alma puede ser lo correcto ya que era lo que necesitaba experimentar para poder aprender.

En mi experiencia, los seres con los que me he comunicado, dando igual la forma de su muerte: suicidio, autoliberación, muerte trágica o por accidente, muerte natural, etc., y creencias: cristianos, ateos y laicos; todos estaban en un plano de amor y de luz. Cada uno de ellos, con su vibración y evolución distinta, ni mejor, ni peor, diferente. Unos han accedido con más rapidez que otros al lugar en el que están descansado, al plano o dimensión en la que están. Todo es válido. Todo es correcto.

Somos infinitos y eternos; somos energía. Como tal, podemos transformarnos pero no desaparecemos.

¿Quién nos ha creado? Existen mucho nombres, casi tantos como personas, creencias, religiones: Dios, Fuente Divina de Amor Incondicional, Universo, La Nada, Energía ... Mi mente humana es muy limitada y se escapa a mi comprensión cómo definirlo. No concedo importancia al nombre con el que definimos un amor tan grande, infinito e ilimitado. Todos llamamos de distinta manera a lo mismo. Hace tiempo que pienso, siento y creo que hemos sido creados con amor, luego quién lo haya hecho, es luz y amor, un amor incondicional y eterno.


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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Taller, El acompañamiento en el tránsito de la muerte, en San Sebastián

Quiero presentaros el próximo taller que impartiré el sábado 22 de noviembre de 10.00 a 14.00.

Es un taller sobre el tránsito, el acompañamiento y la muerte: se llama, El acompañamiento en el tránsito de la muerte. Lo daré en el centro Gayatri de San Sebastián.

La vida está llena de tránsitos, de cambios importantes, y la muerte es uno de ellos. Acompañar a los seres queridos en el suyo, es una labor muy bonita. Es un acontecimiento que a veces puede resultar duro, difícil y complicado debido a muchos factores; y, sin duda alguna, es un aprendizaje y un compromiso, que se realiza desde el amor incondicional.

El taller está dirigido a todas aquellas personas que desean saber qué pueden hacer, cómo comportarse, qué actitud deben tener durante el acompañamiento en el tránsito; así como, cuáles son las necesidades que tienen nuestros seres queridos ante su marcha.

También aprenderemos a cuidar del y al acompañante. Si somos acompañantes, qué debemos hacer y qué herramientas contamos para "estar bien". Cómo tener la fuerza suficiente para poder atender al ser que se muere, permaneciendo en equilibrio, armonía y en paz, mientras estamos viviendo una situación compleja y delicada, en la que las emociones están el plena lucha: dolor, rabia, amor, apoyo, incomprensión, etc.


Taller El ACOMPAÑAMIENTO EN EL TRÁNSITO DE LA MUERTE:

Sábado 22 de Noviembre de 10.00 a 14.00 
Centro Gayatri 
c/Ferrerias - Olaeta, portal oficinas 19, puerta 11
Donostia - San Sebastián


Para más información, cómo llegar al centro -está enfrente del estadio de Anoeta-, y para reservar plaza, podéis hacerlo en la siguiente dirección de correo: mecomunicacion@gmail.com (la del blog y mía).


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domingo, 12 de octubre de 2014

Vacío, desubicación, limpieza y liberación

2.014 está siendo un año bastante complicado a nivel energético. Después de un verano en el que las energías han estado aparentemente calmadas, hemos entrado en otoño y con él, en una montaña rusa que viaja por acantilados afilados y a una velocidad de vértigo.

Son varias las personas que me han comentado a lo largo de todo el verano, que se sentían desubicadas, vacías, raras; usaré la expresión de una de ellas, "estar pero no estando".

Podía comprenderles porque también me he sentido de la misma manera. Sentía que estaba a la espera, que iban a llegar cambios, pero desconocía de qué se trataba. Solía comentar que me sentía como una brújula en la que la aguja se había vuelto loca y giraba sin parar, señalando todas las direcciones. De alguna manera, todo era válido, todo marcaba el norte. Se trataba de seguir yendo hacia adelante aunque desconociendo hacía dónde.

Recuerdo ir a pasear por los lugares a los que considero "mis refugios", en los que me cargo de energía, e indudablemente son muy especiales para mi, y no sentir su poder. Ya no me cargaba. Podía contemplar la belleza del paisaje, pero no conectaba con su fuerza. Estaba sorprendida. Visité todos los puntos que son mágicos para mi, y en todos obtuve el mismo resultado. Algo había cambiado.

"Estar pero no estando", refleja bien como me sentía. Estaba, sentía, vivía pero no de la misma manera; me sentía desubicada, como si un día al levantarme, lo hubiera hecho en una ciudad distinta, aunque fuera la misma de siempre. 

Los días se volvieron lentos y pausados. Sin embargo, volviendo la vista atrás, siento que ha pasado mucho tiempo desde entonces, parecen años, aunque en realidad, sólo son unos meses e incluso quincenas.

Y de repente, llega octubre. Entramos en la energía del equinoccio, que viene acompañado por una luna llena y varios eclipses. Todo ello, marcado con una energía de limpieza y renovación. Pero no cualquiera, sino una limpieza a todos los niveles de cirujano, profunda e íntima, que lleva a las profundidades y a los lugares, en que subyacen las emociones, sentimientos, pensamientos o dolores más antiguos.

En mi caso, ha sido emocional, un viaje a heridas muy lejanas que pensaba superadas. La primera reacción, fue la de sorpresa porque lo consideraba cerrado y concluido; la segunda, la de ponerme el mono de trabajo y lidiar con ella, desde la comprensión, superando la tristeza a través del amor incondicional, a los demás y a mi misma. Prueba superada. No renuncié a vivir las emociones, ya fueran la tristeza, la pena, ... pero no me he dejé atrapar por ellas. Eso fue lo mejor, lo que me ayudó a darle la vuelta a la situación; además como regalo, me trajo paz, y sitio para lo nuevo que llegue a mi vida.

Otras personas de mi entorno, lo han vivido de otra manera, rebrotes de enfermedades que creían haber sido curadas, miedos y preocupaciones que han aparecido para decirles adiós, problemas familiares, disputas y luchas en el trabajo, amistades, etc. En definitiva, limpieza a fondo, en la que toca implicarse totalmente con nosotros, si queremos resolverlo.

Octubre con toda su energía está dándonos la oportunidad de poner en orden nuestra vida. Lo hace desde una nueva perspectiva, la de la liberación. Adiós los antiguos esquemas y patrones de pensamiento, modos de vivir la vida, a los miedos, preocupaciones y temores, a todo lo que nos lastra y no resuelve nada. Tenemos que enfrentarnos a ellos, y descubrir que somos más fuertes, más firmes, que tenemos más confianza y seguridad en nosotros mismos. Es una prueba, que a la vez, es un aprendizaje y un recordatorio de quiénes somos, qué queremos y hacia dónde vamos. 

La vida nos recoloca de nuevo, señalando el norte de nuestro camino. Ahora la brújula funciona correctamente, aunque sigamos sin saber hacia dónde nos lleva, con la seguridad de que será a puerto seguro.

Depende de nosotros elegir el norte u otra dirección; o lo que es lo mismo, reconocernos y saber qué deseamos hacer. También, podemos elegir, quedarnos parados, estancados, sufriendo, viviendo y reviviendo las pruebas a modo de bucle, hasta que las superemos. La primera opción, será como quitarse una tirita, duele pero pasa rápido; la segunda, es parecido a tener una herida abierta y echarle sal encima a diario.

La vida es estupenda, está llena de sorpresas. La superación de las pruebas, ayuda a conectar con nuestra esencia, con nuestro yo; quitamos capas que nos impiden ver correctamente. 2.014, nos lleva de la mano por esta ruta, la de reconocer quiénes somos y actuar siendo un todo. Las pruebas son parte de este camino. El aprendizaje, conlleva más paz, calma, y aprender a distanciarse de los problemas. Vivirlos, sí; involucrarse, mimetizarnos con ellos de tal manera que dejemos de ser nosotros, no. La primera es liberadora; la segunda, victimista. Las dos son válidas pues forman parte de nuestro aprendizaje.

Todavía quedan meses que para termine el año, y quedarán muchas pruebas que deberemos superar. Sólo tenemos que recordar que somos capaces de lograrlo, aunque parezca imposible. Tenemos la clave para conseguirlo, busquemos en nuestro interior, en nosotros y ahí la hallaremos. Reside en nuestro corazón.


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jueves, 18 de septiembre de 2014

Qué significa, ser fuerte ante la vida

Estando hace unos días charlando con unas conocidas, surgió a lo largo de la conversación un tema importante, el significado de ser fuerte. Una de las personas, se quedó viuda siendo joven; y otra, ha superado un cáncer de mama muy complicado.

Las dos coincidían en que cuando estaban atravesando por momentos críticos de su situación, ya fuera tras la muerte de su pareja y en plena asimilación del cáncer, las personas de su entorno y la gente que se acercaba a ellas, todos con muy buena intención, les decían que tuvieran  ánimo y fueran fuertes.

Comentaban que en esos momentos tan duros y difíciles, lo que menos querían escuchar eran esas dos palabras. Preferían un abrazo fuerte, sentirse acompañadas aunque fuera en silencio, inclusive hablar de tonterías; todo, menos oír: ánimo y se fuerte.

Me lanzaron un reto, una pregunta :¿Qué significa para ti, ser fuerte?. 

Cada uno de nosotros interpretamos y tenemos una visión de lo que significa ser fuerte, que a veces coincide con la que tienen el resto de las personas.

Para mi, ser fuerte significa:

- ser valiente, asumir y aceptar lo que somos y estamos viviendo
- ser camaleones y adaptarnos con una sonrisa al día día, a pesar de que no siempre las circunstancias que nos rodean sean las más fáciles de vivir y llevar.
- caerse y levantarse de nuevo ante la dureza y dificultad de las pruebas de la vida. Dando igual las veces que sean.
- llorar, sentir rabia, desahogarse, respirar hondo y mirar hacia delante con la cabeza bien alta.
- enfrentarse a la vida, sin saber hacia dónde vamos, sin tener un rumbo fijo, con esperanza,  sabiendo que existe luz al final del túnel.
- confiar en uno mismo, aunque a veces cueste.
- escucharse, mirar hacia dentro, descubrir que no somos perfectos y querernos.
- sentir el vacío y el silencio, vivir con ello, haciéndolo nuestro, aún sabiendo que puede ser temporal o no.
- darse cuenta que podemos ser vulnerables, débiles o frágiles en según qué momentos de la vida y pedir ayuda.
- hacer público, si nos apetece, lo que nos ocurre y sentimos; no escondiéndonos de nadie, ni de nada.
- no ocultar, ni hacer alarde de las cicatrices que han ido dejando huella las heridas emocionales, simplemente son parte de nosotros, son nosotros.
- saber que a veces la vida es como un tobogán, divertida, vertiginosa, rápida, con momentos de espera y paciencia; y tomarla como un juego serio.
- reírse de uno mismo, de lo bueno y de lo malo. Ni somos tan buenos, ni tan malos. Somos un término medio, en el que por suerte, acertamos mucho más y fallamos mucho menos de lo que creemos.
- valorar lo que somos y tenemos.
- reconocer cuándo es el momento de descansar, de tirar la toalla, de luchar y de avanzar, aunque para ello hayamos necesitado toda una vida.
- poner límites a lo que nos hace daño, ya sean situaciones, personas, pensamientos, actitudes...

Ser fuerte, es asumir nuestra fragilidad, y a la vez, descubrir que hay un deseo, una energía interior que nos lleva de la mano, impulsándonos hacia arriba, aunque a veces no queramos que sea así. Asumiendo que la lucha interior, puede ser feroz, liberadora, y nos puede anclar a la vida, básico para seguir creciendo.

Ser fuerte, es amarse tal y como somos, trabajando lo que no nos gusta de nosotros y potenciando los dones que tenemos. En definitiva, estando dispuestos a aprender, a avanzar y evolucionar.


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lunes, 1 de septiembre de 2014

Curso de Canalización en San Sebastián: octubre 2.014-junio 2.015

Quiero presentaros el curso de Canalización que voy a realizar de Octubre 2.014 a Junio 2.015 en el centro Gayatri de San Sebastián

El curso, está orientado a conocer nuestra energía, trabajar con ella; para así, al diferenciarla de las de los demás, comenzar a ahondar más en la intuición, videncia, que llevará a abrir más el canal que todos somos y tenemos.

También aprenderemos y trabajaremos la manera de conectar con nuestros seres queridos ya fallecidos, no sólo de manera teórica sino sobre todo, práctica a través de diferentes ejercicios.

El curso comenzará en el mes de octubre y se dividirá en tres trimestres, con dos clases quincenales de dos horas y media de duración por mes. Quedaremos los miércoles de 18.00 a 20.30.

Se trabajarán varios aspectos, conectando desde la propia energía, sabiendo diferenciarla de la de los demás, para que a través de la teoría y de distintos ejercicios prácticos, podamos trabajar el abrir y desarrollar el canal que llevamos dentro.

Esto nos permitirá poder conectar con los seres queridos ya fallecidos, mediumnidad; cómo acceder a energías más altas y elevadas, guías, seres de luz o maestros, canalización; y aprender a transmitirlos mensajes que tengan para nosotros.

El resto de la información se dará personalmente. Se aconseja reservar plaza a través de la siguiente dirección de correo:

mecomunicacion@gmail.com, correo del blog y mío.


El Curso se realizará en:

Centro Gayatri
C/ Ferrerias-Olaeta, 19 (ofi) puerta 11. Amara
Donostia-San Sebastián

Comenzará el 15 de Octubre y terminará el 24 de Junio
Miércoles de 18.00 a 20.30



La imagen es de un mandala mío.

miércoles, 6 de agosto de 2014

El duelo, superando la tristeza

Sois varias las personas que últimamente habéis preguntado cómo se puede superar la tristeza tras la muerte de un ser querido.

No hay dos duelos iguales. La muerte afecta de manera distinta, según las circunstancias personales que estemos viviendo, los sentimientos y la relación que teníamos hacia el ser que ha muerto, las causas del fallecimiento, la empatía, etc.

La muerte genera sentimientos encontrados, podemos sentir rabia, ira, tristeza, angustia, indiferencia, tranquilidad, paz... Podemos vivirlo todo a la vez, entremezclado, pasar por distintas fases o sólo experimentar una.

Pasar y superar un duelo, requiere tiempo. ¿Cuál? El que cada uno necesite. Es muy importante, escucharse, saber qué nos pide el cuerpo y el alma. Puede ser silencio, llorar, hablar, etc. Todo es válido.

Durante el duelo, estamos más sensibles, los sentimientos están a flor de piel. Tendemos a encerrarnos en nosotros mismos, hasta que poco a poco, vamos aceptando lo que ha sucedido. Es bueno recordar que las personas que nos rodean no tienen la misma manera de expresar y vivir el duelo. No adelantamos nada comparándonos con los demás, salvo empeorar, y añadir sufrimiento al que ya tenemos.

Si vemos que el duelo dura mucho tiempo, no lo superamos, nos está resultando complicado y muy doloroso, siempre podemos recurrir a ayuda especializada.

El duelo, es siempre personal e intransferible. Es único. Para superarlo, sólo tenemos que mirar hacia dentro. La clave está en nosotros mismos, en permitirnos dar el paso para salir de él; y así también, lo haremos de la tristeza, la pena, el dolor, el sufrimiento, el vacío, etc. No tenemos que ir muy lejos. La mejor manera de poder dar ese impulso inicial, es que el corazón y la mente vayan de mano. Siendo un bloque, y aunque a veces nos vengamos abajo, si tenemos paciencia y confianza, ya nos levantaremos. La superación comienza en el momento, en que todo nuestro ser está unido, en el instante en que somos.

Los siguientes pasos, son ayudas, bastones, herramientas que nos ayudarán a seguir avanzando y salir de la situación que estamos viviendo.

Podemos acudir a un especialista que entienda lo que es el dolor, el sufrimiento, que sepa escuchar y a la vez anime a seguir caminando. Aquí estarían los psicólogos, grupos de duelo, un buen médico de cabecera, la homeopatía, un médium, etc.

Una alimentación equilibrada ayuda a que el cuerpo se pueda ir recuperando del estrés y desgaste tras la pérdida de un ser querido. Además, nos prepara para afrontar el siguiente nivel, salir adelante.

Me gustan las terapias energéticas, Reiki, Jin Shin Jyutsu, yoga, etc. ayudan de manera sutil a ser más conscientes de nosotros mismos, conectándonos con nuestro yo interior, nuestra fuerza, nuestros dones y potencial. Es un bastón muy potente para seguir avanzando.

También trabajan a nivel sutil, las flores de Bach, los cristales, las piedras, los minerales, aurasoma, etc.

Realizar todo tipo de actividades que nos tranquilicen, ayuden a no pensar y a ser. Como por ejemplo, practicar deporte, pasear, la naturaleza, el estar en contacto con el mar, el campo, el monte, caminar, nadar, jugar, pintar, etc. Puede que haya días o momentos en que nos apetezca estar sólos y otros, acompañados. Todo es válido.

Vamos a permitirnos expresar en cada instante lo que sentimos, ya sea vacío, llorar, gritar, estar en silencio, hablar, reír y llorar. No vamos a juzgarnos; solamente, somos.

Debemos aprender a decir adiós a la culpa y permitirnos seguir adelante, volver a reír, a sonreír a la vida. Nadie va a censurarnos por ello, comenzando por nosotros mismos.

Los seres queridos que han fallecido, desean que sigamos nuestro camino de manera plena y dichosa, quieren vernos felices. Pueden ayudarnos a que tengamos fuerza, pasión, alegría. Están junto a nosotros aportándonos luz y amor, fuerza; pero, ellos no pueden hacer todo el trabajo sólos, necesitan que pongamos nuestro granito de arena, nuestro esfuerzo para poder salir adelante.

La meta es estar bien, en equilibrío y armonía con nosotros mismos. No se trata de una competición, de ver quién supera el duelo, la tristeza, una situación grave, lo antes posible. Y si recaemos, no pasa nada, volvemos a ponernos en marcha. Somos los únicos responsables de nuestra vida, de nuestra felicidad. Los demás, nos acompañan en nuestro viaje por la vida, del mismo modo, que nosotros lo hacemos con ellos. La vida merecer ser vivida en y con plenitud.


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miércoles, 2 de julio de 2014

Hablando a los niños sobre la muerte

En algunos de los correos que me enviáis, soléis preguntar cómo poder hablar de la muerte a un niño. La mejor manera de hacerlo, es siendo sencillos y directos; hablando un lenguaje a la medida de ellos.

Los niños son muy observadores, y viven en el presente constantemente. Les cuesta comprender qué es futuro y pasado. El concepto de la muerte, es demasiado abstracto para ellos, a no ser que hayan vivido una experiencia cercana, como la pérdida de un familiar o de una mascota.

Cuando un niño pregunta sobre un ser que ha fallecido, sobre una muerte concreta, debemos hablarle con el corazón. No debemos dar más información que la que pide. Seremos sinceros, sencillos y claros. Si necesita más, ya nos lo dirá. Nos ponemos a su nivel, dejando que lleve la iniciativa en cuanto a la cantidad de información que puede procesar y entender.

Hace un tiempo, una amiga mía, que tiene un niño de seis años, me comentaba cómo su hijo, le había preguntado por su abuelo materno. Le dijo, aita, padre, tiene padre pero tú no. ¿Dónde está tu padre? El niño, se había dado cuenta que tenía dos abuelas pero un sólo abuelo y decidió preguntar.

Mi amiga, le contó que había muerto hace ya muchos años, cuando ella era joven, que estaba en un lugar diferente al nuestro. Le preguntó, qué era estar muerto. Le contestó que era vivir en otro lugar, y aunque estaba lejos, su abuelo podía verle y sentirle. El niño se conformó con la explicación. 

Al cabo de unos días, volvió a hacerle más preguntas a su madre: ¿podía hablar con él por teléfono?, ¿su abuelo podía ir a visitarle?

La respuesta volvió a ser sencilla; su abuelo no podía abrazarle, pero si podía verle. El niño, podía hablarle desde el corazón, suavecito, contándole como era su día, qué había hecho en el colegio, qué amigos tenía; porque aunque estuviera lejos, su abuelo estaba muy cerca de él. El niño lo comprendió y no volvió a preguntar nada más.

Poco tiempo después, falleció un conocido de ellos con el que el niño tenía bastante trato. Mi amiga estaba triste, su hijo le preguntó qué le pasaba y ella le contó lo que había pasado. El niño le respondió, que no debía estar triste porque ya sabía dónde estaba su conocido, en el mismo sitio que su abuelo. No le dio más importancia. Sabía que estaba bien. 

Los niños son prácticos, realistas. La muerte para ellos, es un viaje; no tiene el mismo valor que para nosotros. Es importante vivir la muerte de manera natural. No esconder los sentimientos y hablarles a su nivel. Si permanecemos atentos, es posible que los niños nos sorprendan dándonos información sobre los seres que han fallecido. Tienen el canal más abierto que los adultos y perciben mejor las señales que nosotros.

La muerte nos rodea. Sólo tenemos que observar a nuestro alrededor lo que ocurre cuando cogemos una flor, cuando un animal, una mascota, un familiar, un amigo, o un desconocido muere. No debemos ocultarles lo que sucede. La muerte está asociada a la vida, forma parte de ella. Los niños no deben ser ajenos a ella. Viven la vida con sus ojos a través de nosotros, de nuestras emociones. Necesitan seguridad y la buscan en su entorno que es su mundo.

Más que la muerte en sí, lo que les afecta son los sentimientos y emociones que ésta genera en su ambiente. Es decir, cómo vive su entorno, sus padre y familia, la muerte. Si ven angustia, la vivirán con temor; si se les explica que estamos tristes porque un ser al que queremos se ha ido lejos y no le vamos a volver a ver, comprenderán nuestra pena.

No debemos esconder nuestras emociones, al revés; pues mostrándolas, permitimos que los niños sepan que la vida tiene momentos agradables; y otros, dolorosos. Estamos enseñándoles a que debemos adaptarnos a ellos de la mejor manera que sepamos. Es bonito compartir con ellos nuestros sentimientos, les estamos dando la oportunidad de acompañarnos en ellos; y así, de crecer como seres.


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viernes, 6 de junio de 2014

Curso de Canalización e Intuición, 21 de Junio en Zaragoza

El solsticio de verano, está a la vuelta de la esquina, será el día 21 de Junio. Este año no lo pasaré en San Sebastián, mi cuidad: estaré en otra; en Zaragoza, donde daré un curso y pasaré consulta.

Resulta divertido poder vivir esta pequeña aventura y además en unas fechas tan especiales.

Después del invierno y la primavera, en la que hemos pasado por distintas etapas y retos, llega el momento de hacer un alto en el camino, mirar hacia dentro y hacer balance de nuestra vida. ¿Estamos a gusto con ella? ¿Qué deseamos eliminar, sanar, limpiar? ¿Qué buscamos o queremos que haya en ella? 

La energía del solsticio, ayudará a que haya claridad en nuestros pensamientos, lo que permitirá, que podemos adentrarnos en nuestras zonas más oscuras llenando de luz, el dolor, la angustia, la pena, el hastío, la preocupación, etc.

El solsticio de verano, viene cargado de poder purificador, renovador. Trae nuevos impulsos llenos de vitalidad y fuerza. Podemos aprovecharlos para poner en orden nuestra vida, eliminando lo que ya no sirve, dejando así, espacio para todo lo nuevo.

Aprovecharé esta maravillosa energía en el curso que voy a dar; será un Curso de Canalización e Intuición. Aprenderemos a reconocer nuestra propia energía de la de los demás, el canal que somos y trabajaremos la intuición de manera práctica. Todo ello, va a ayudarnos en el proceso de poder comunicarnos con nuestros seres queridos fallecidos, los guías espirituales, etc.

El curso será el sábado 21 de junio, en horario de 10.00 a 14.00 en el Centro Canela Dreams de Zaragoza. Las plazas son limitadas, así que hay que reservarlas con antelación.

El viernes 20 de junio, pasaré consulta, previa petición de hora, también en el mismo centro.



Curso de Canalización e Intuición

 SABADO 21 de JUNIO de 10.00 a 14.00



Consultas

VIERNES 20 de JUNIO de 16.30 a 20.00 
SABADO 21 de JUNIO de 15.30 a 18.30
en el CENTRO CANELA DREAMS
C/ Arias, 13
Zaragoza


Si os animáis, estaré encantada de saludaros y poder conoceros en persona.


La imagen de la foto es de un mandala mío.

viernes, 30 de mayo de 2014

El amor, hilos invisibles que permanecen a pesar de la muerte

Zuzy ha escrito un comentario en el que plantea cuestiones muy interesantes. Entre ellas, quiero destacar una, las relaciones especiales que tenemos con ciertas personas que a pesar del tiempo y de la muerte, permanecen unidas.

El comentario es largo y transcribo lo que me parece más interesante para el tema de hoy. El resto del comentario está en la entrada del blog, Soñar con los seres fallecidos:
 
Zuzy: (...) A los 14 años conocí a quien fué mi primer y gran amor: Carlos. Tuvimos una relación durante casi 8 años y cuando llevabamos 5 comenzó a suceder que soñaba con el y que algo le sucedía, al despertar sentía angustia hasta que le llamaba y entonces resultaba que sí había pasado algo, afortunadamente nada grave, pero siempre nos preguntábamos porque me pasaba eso SOLO con el y con nadie mas. Pasaron 3 años hasta que esa situación volvió a suceder.. comencé a soñarlo un dia domingo (para ese tiempo, los problemas y la infidelidad por parte suya habían fragmentado mucho la relación, así que ya no estábamos juntos y por acuerdo mutuo tampoco teniamos comunicación) y al igual que años atrás, yo sentía que algo no estaba bien con el y tenía una opresión y angustia en mi corazón.. estuve así hasta el jueves que le envié un texto preguntando como estaba pero no tuve respuesta. Me senti triste y pedí a Dios que lo cuidara, y para el sabado por la mañana uno de sus primos me avisa que Carlos había fallecido de un derrame cerebral. Sufrí mucho al perderlo y me enojé con el por no cumplir su promesa de estar siempre para mi, por no decirle a nadie que llevaba tiempo enfermo y por haberme alejado de su lado. Han pasado 5 años desde su muerte, y ahora tengo una pareja que se ha ganado mi amor y respeto, pero aún pienso en Carlos..van varias veces que sueño con el, y los sueños son tan reales!.. la mayoría de las veces me hacen despertar con una felicidad inmensa! y aunque algunas veces solamente veo que me sonríe, otras soy mas afortunada y lo abrazo, lo beso y le digo que lo extraño, y otras mas me llama al movil y pregunta como estoy, digo que bien pero siempre le pregunto donde estas? dime donde estas para ir a verte.. te extraño! y solo me dice que esta bien, que luego me llama y corta la llamada. Intento marcar su numero pero no logro recordarlo o cuando lo busco en la lista de contactos veo el nombre pero no identifico el numero, me desespero y asi despierto, desesperada.. otra veces cuando lo escucho al teléfono pregunto como es posible que me llame si el esta muerto.. pero casi siempre le digo que yo sé que no está muerto, que me diga donde está, cosa que nunca hace y en cambio solo dice que esta bien, pero cuando eso pasa, estoy como consciente de que es un sueño pero a veces despierto con una sensación de confusión, en que mi corazón siente (o quiere sentir que vive) y mi mente trata de ubicarme en la realidad aunque piensa en buscarlo.
Algo más curioso es que cuando pasa tiempo en que no me comunico con sus padres, lo sueño hasta que les llamo.. como si fuera una manera de el para mantenerse fisicamente presente con ellos, no lo se. (...)

(...) porqué solo con él tenia esos sueños o premoniciones?(...)

Es cierto que a veces tenemos una conexión muy especial con ciertas personas que va más allá de lo que consideramos habitual o normal, y que no podemos explicarlo con la mente. Nos preguntamos qué ocurre, por qué podemos sentir y saber cómo se encuentra una persona a la que hace tiempo que no hemos visto; por qué podemos vestir casi exactamente igual que otra, sin ponernos de acuerdo con anterioridad; inclusive, podemos saber si una persona está preocupada o si ha tenido un accidente, o está viviendo una situación complicada en un momento determinado. Esto ello es posible, y se llama telepatía.

Somos energía y luz; todo está unido al Todo a través del amor. Podemos sentir que está unión que se establece con todas las almas, por medio de unos lazos invisibles, es más fuerte con unas unas personas que con otras. La conexión es más intensa. Son lazos de amor, ya sea pasional, fraternal, amistoso, ...

La relación energética de amor no entiende de barreras, ni de dimensiones, ni de espacios, ni de tiempos. Es atemporal y eterna. Por eso es relativamente sencillo, dependiendo de la conexión de amor que tengamos con las personas, saber cómo están y se encuentran.

Lo mismo ocurre con los seres que han fallecido. Podemos seguir teniendo y sintiendo que la conexión permanece firme. Podemos recibir sus mensajes, percibir sus señales, mantener encuentros en astral con ellos.

El amor, une. Es una energía muy poderosa, invisible a nuestros ojos, pero no a nuestro corazón. Vivimos muchas encarnaciones y nos relacionamos por lo general, con almas con las que hemos compartido muchas vidas. En todas aprendemos, y podemos hacerlo junto a determinadas almas con las que sentimos algo especial, como si hubiera una unión infinita. No es fruto de nuestra imaginación, es real. Esas uniones son energía de amor verdadero. Da igual si en una vida, hemos tenido una relación de padres e hijos, de pareja, de amistad, de enemistad. El amor verdadero, viaja con nosotros siempre, pues forma parte de nuestra esencial y alma.

Podemos reconocer a esas almas, porque destacan, impactan, y no nos dejan indiferentes. Puede que sólo se crucen un instante en nuestra vida o permanezcan en ella para siempre. Marcan y dejan huella. 

Volveremos a reencontrarnos con ellas, con todas, tengamos o no, esa conexión amorosa intensa. En cada vida, en cada dimensión, compartios momentos, aprendizajes, que nos ayudan a seguir evolucionando y crecer como almas de amor que somos. Resulta muy gratificante y el grado de aprendizaje es superior, cuando lo hacemos junto a estas almas con las que tenemos una unión especial.

Miremos a nuestro alrededor, observemos cómo palpita y vibra nuestro corazón, y daremos con esas almas que son y forman parte de nosotros.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cursos Intensivos de Canalización en Julio, en San Sebastián

Varios de vosotros habéis pedido que hubiera talleres o cursos de canalización que fueran más largos.

Dentro de muy poco, en el mes de julio impartiré dos cursos o talleres intensivos que serán de seis horas de duración. Serán independientes entre sí. Si alguien quiere hacer los dos, no existe ningún problema.

Serán los sábados 5 y 19 de Julio. El curso durará seis horas, cuatro por la mañana y dos por la tarde.

Este taller intensivo es un acercamiento a la canalización, aprendiendo técnicas que servirán para que podemos trabajar con nuestra energía, y así distinguirla de la de los demás. Haremos algunos ejercicios y trabajos de conexión, etc.

La canalización consiste en conectar con las energías que nos rodean, desde las más altas vibraciones, guías, seres de luz a las de los seres queridos fallecidos o más cercanos. Englobaría todo contacto o conexión con las energías, inclusive la mediumnidad.


Aquí dejo la información: 

Los sábados 5 y 19 de Julio, María Eugenia Aurensanz, VIDENTE, MEDIUM Y CANALIZADORA, impartirá un taller o curso intensivo de canalización. 

TALLER INTENSIVO DE CANALIZACIÓN 

Estos talleres o cursos intensivos tienen como objetivo el acercamiento al mundo de la canalización. Basándose en su propia experiencia María Eugenia nos explicará en que consiste ser un canal y de que forma poder trabajar.

Para ello en el taller se harán visualizaciones, distintos ejercicios y práctica con el objetivo de aprender a percibir nuestra propia energía y la que nos rodea. 

Antes de finalizar el taller si María Eugenia recibe algún mensaje para alguno de los presentes se lo dará. 


Los Talleres Intensivos se realizarán en: 

Centro GAYATRI (Antes AMALUR) 
C/ Ferrerias / Olaeta  19 puerta  11. AMARA
a 5 minutos andando de la Estación de Autobuses, cerca del Estadio de Anoeta
Donostia - San  Sebastián
SABADO 5 de JULIO de 10:00 a 14:00 y 16.00 a 18.00
SABADO 19 de JULIO de 10.00 a 14.00 y 16.00 a 18.00

Para más información, como el precio del curso, cómo llegar al centro -está a cinco minutos andando de la estación de autobuses-, qué ropa o material hay que llevar, etc. y para reservar plaza, importante porque son plazas limitadas, podéis hacerlo en el teléfono 606.601805 y en la siguiente dirección de correo: 

mecomunicacion@gmail.com - el del blog


La imagen es de un mandala mío.

lunes, 5 de mayo de 2014

Cómo distinguir las señales de los seres queridos fallecidos

Son muchos los correos que recibo en los que preguntáis si lo que habéis visto o sentido, son señales de vuestros seres queridos ya fallecidos.

En ocasiones, cuesta distinguir si lo que percibimos es una señal o no. Cada caso es distinto, habría que ir analizando todos los detalles, ver qué es real, qué es intuición, qué corresponde a los miedos, deseos, o una buena comunicación con ellos.

Para hablar de ello voy a poner como ejemplo un hecho, el sentir una brisa. Lo mismo podéis hacer cuando sentís un aroma, un ruido, un movimiento, una caricia, una canción, una voz, etc, o ante lo que consideráis que puede ser una señal.

Para sentir una señal, tenemos que estar abiertos a ello. No de manera obsesiva, simplemente siendo espectadores de lo que ocurre. Hay momentos en la vida, que estamos deseando tener señales de los seres queridos y todo lo que vivimos puede parecer que lo son. Es posible que lo sean y en algunos caso, podemos confundir el deseo con la realidad. También el miedo puede ser un factor a tener en cuenta, pues puede llevarnos a no ver con claridad las señales o podemos interpretar incorrectamente una señal y su significado.

Las herramientas que van a ayudarnos y con las que trabajaremos son, la intuición, la mente y por último, el corazón. Lógica y emociones, aparentemente diferentes, pero ambas se complementan a la perfección y son básicas e imprescindibles.

Comenzamos, si hemos sentido una brisa que roza la cara o el cuerpo, o cualquier otro hecho que consideréis que puede ser una señal, tenemos que preguntarnos por qué esa situación es diferente a las demás, qué ha ocurrido para que nos demos cuenta de ello.

Podemos sentir, el corazón, que avisa para que estemos atentos. Miraremos a nuestro alrededor, para ver si estamos en un lugar cerrado, si hay corrientes de aire, o cualquier circunstancia que permita que haya brisa; estaríamos usando la mente y la lógica.

Después de observar todas las posibles situaciones, y comprobar que todo estaba cerrado y era imposible que hubiera brisa; podemos concluir que lo que hemos percibido será con toda probabilidad, una señal.

Hay veces. que a pesar de que haya una ventana o puerta abierta, o estemos en la calle, podemos sentir la misma brisa. Entonces, ¿qué podemos hacer para diferenciar una posible señal, en nuestro caso, la brisa del viento? Las señales tienden a ser breves, pequeños instantes que pueden duran segundos, y en ellos, sentimos que "hay algo"; mientras que si es viento o una corriente de aire, suelen durar más tiempo y ser repetitivas, además de moverse otros objetos.

Si no estamos seguros, si la lucha entre la mente analítica y el corazón están empatados y no hemos llegado a ninguna conclusión, podéis pedir que manden señales claras de manera que no tengáis dudas sobre lo que ha sucedido.

No importa que la respuesta sea rápida o tarde. Es recomendable, volver a una actitud relajada, en la que somos espectadores y no estamos constantemente pendientes de todo lo que sucede. Puede que las señales que envíen, en vez de ser en forma de brisa, lo sean de canción, de llamada de teléfono, una luz que se enciende, etc. Tenemos que ser como niños, estar abiertos a todo y analizar lo que sucede empleando para ello la cabeza y el corazón.

Si a pesar de todo ello, seguís con dudas, preguntadle a vuestro corazón, sabe la verdad. Atreveros a confiar en él, en vosotros, en lo que habéis sentido y percibido.

Y por último, quedaría saber el significado de las señales. Pueden ser muchos y distintos. Abarcando desde lo más sencillo, quieren que sepamos que están junto a nosotros, que nos apoyan, velan y guían; cómo se encuentran, si están bien; o puede que quieran comunicarnos algo más concreto. En ocasiones, podemos entender el significado de las señales cuando ya ha pasado una situación determinada; mientras que a veces, lo sabemos de manera inmediata, entendiendo su mensaje por ser muy claro, y estamos preparados para lo que está próximo a suceder en nuestra la vida.
 
El mundo de las señales es muy rico, a veces desconcertante y si lo tomamos con calma, divertido,  enriquecedor; y siempre, sorprendente.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

sábado, 19 de abril de 2014

La muerte de nuestros hijos

Si la muerte no deja indiferente a nadie, la de un hijo, aún menos. Es una de las experiencias más duras por las que pasamos.

Asumimos, en nuestro primer y desarrollado mundo, que son los mayores los que se irán primero; decimos, es ley de vida. Olvidamos que la vida tiene su propio recorrido y no podemos hacer nada para impedirlo.

Cuando nacen nuestros hijos deseamos que tengan una vida estupenda, sencilla, cuajada de vivencias positivas y llenas de éxitos, ayudamos a que sean personas responsables, comprometidas y su vida sea feliz. Sin embargo, un día, la muerte hace acto de presencia, y nuestros hijos mueren, ya sea por un accidente, una autoliberación, una enfermedad terminal, sufriendo muerte súbita, suicidio, asesinato, negligencias médicas, etc. No estamos preparados para ello. Nuestro mundo se derrumba, se viene abajo, inundándose de rabia, desconcierto, impotencia, angustia, y sobre todo, mucho dolor. Les dimos la bienvenida al nacer, les protegimos y ahora, mueren.

Quizá la muerte más "fácil" de integrar sea la de una enfermedad terminal, ya que nos permite acompañarles en su proceso, ayudarles en su tránsito, cerrando su ciclo, guiándoles en su paso por la vida y la muerte. Hemos estado junto a ellos y es importante.

Un duelo por la muerte de un hijo, no tiene un tiempo de superación. Es una muerte que deja unas heridas difíciles de curar y cicatrizar. Entre otros factores, además de lo que implica la muerte en sí, también entraría en juego nuestro dolor, nuestra impotencia y nuestra "culpa", el no perdonarnos por no haber podido evitar su marcha. La mente no para de pensar: si hubiera estado más atento, si no le hubiera dejado salir aquella noche, si hubiera .... Y en algunos casos, no nos perdonamos, nos sentimos responsables de su marcha, sin serlo.

Aparece el autoboicot, deseamos dejar de vivir. Si ellos han muerto, sentimos que les fallamos, y nos castigamos. La risa, la alegría, el juego desaparece; decidimos que la vida se estanque y pare, hay un antes y un después. Es cierto, es un hecho real. Ya nada será igual.

Pero, ¿es justo para los que nos rodean, nos quieren, y sobre todo, para nosotros mismos "el morir en vida" por la muerte de nuestros hijos? ¿Qué desean ellos que hagamos con nuestra vida? Sin duda alguna, desean que seamos felices, que realicemos nuestros sueños, aunque no es una tarea fácil de llevar a cabo.

La vida continúa avanzando. Si tenemos familia, amigos, más hijos, también necesitan de nosotros, de nuestro apoyo y alegría. Podemos elegir vivir, a pesar del dolor, e ir integrándolo, sabiendo que habrá días mejores, muy duros, que la vida será una montaña rusa de emociones y que nos acordaremos de nuestros hijos todos los días. También podemos decidir sufrir, penar, como la manera de sacar nuestro dolor, la rabia, la ira; y además, hay quién decide, volcarla en los demás.

He escuchado muchas veces a personas que han perdido a hijos, decir que su vida carece de sentido, se ha ido la alegría, el motor de sus vidas, y no se dan cuenta que a su alrededor hay más personas que también les necesitan, que les aman y desean su bienestar. En ocasiones, su propio dolor, les impide aceptar que la vida sigue, incluso les ha llegado a molestar y no entender que el resto de las personas se rían, y disfruten de momentos de felicidad.

Cada uno de nosotros vive el dolor y el duelo de manera distinta. No siempre tenemos la misma fuerza interior, ni las heridas la misma profundidad, ni dejan la misma huella y cicatriz.

Debemos perdonarnos, asumir que pese a lo injusta que es la vida, nos regala momentos maravillosos. Está en nuestra mano el vivirlos y disfrutarlos, reconocer que el divertirse ayuda a que los seres que han fallecido estén mejor, pues desean nuestra felicidad y no el dolor y tristeza. Podemos aprender a ver que toda vivencia por muy dura y difícil que sea, forma parte de las pruebas de vida que hemos elegido vivir como almas que somos.

La muerte de nuestros hijos abre caminos nuevos en nuestra vida. Rutas que facilitan el llevar a cabo, el trabajo que nuestra alma eligió realizar en esta encarnación. Podemos decidir ayudar a los demás a sobrellevar el dolor, a compartir nuestra experiencia, a acompañar en situaciones difíciles, luchar por el reconocimiento de una muerte, de una negligencia, ayudar a la sociedad a tomar conciencia de las muertes por accidente, trágicas, ayudar a cambiar leyes.....

Pues su muerte no ha sido en vano y ha abierto nuevas sendas para encontrarnos a nosotros mismos, para saber quiénes somos, qué cualidades tenemos, y qué y cómo queremos vivir la vida. Podemos elegir vivir lo positivo dentro de lo negativo. Siempre hay luz a pesar de la oscuridad.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 9 de abril de 2014

Las señales de los seres queridos fallecidos y el tiempo

Hace ya unos días, Julia, realizaba una pregunta en uno de los comentarios del blog. Quiero volver a hablar de ello, porque creo que se trata de una cuestión interesante. Y sin más misterios, dejo aquí parte de su comentario.

Julia: "... Tengo una duda hablando el otro día con una amiga que tb cree le pasa igual que ami, por que se nota más la presencia en el primer año que han fallecido? Por lo menos este es nuestro caso.

Ahora estoy pasando por momentos difíciles y por más que este paciente y algo atenta no, noto ninguna señal de ellos. Aveces si que me invade como mucha paz y protección supongo que tb es una manera de decirme que están ahí... "

¿Por qué se nota más y con mayor intensidad la presencia de los seres queridos tras su fallecimiento? La respuesta es sencilla. Tras su marcha, quieren transmitirnos cómo se encuentran, si están bien, si necesitan algo. Y lo suelen hacer, a través de señales que podemos entender con cierta facilidad. Por ejemplo, oler su fragancia, escuchar su canción favorita, sentirles a nuestro lado aunque no les veamos, sentir una caricia, verles en sueños, etc.

El dolor ante la pérdida actúa como un resorte de protección; nos aisla, blindándonos a lo que sucede alrededor. Es tan intenso, que el resto de lo que ocurre a nuestro lado parece que no importa, hasta puede que carezca de sentido, dándonos así, tiempo para sanar, para integrar la pérdida. Es parte del duelo.

Una parte de nosotros, desea tener señales, comunicaciones y mensajes de nuestros seres queridos; y a la vez, el mismo dolor, lo impide. A pesar de ello, existen momentos en los que tenemos paz; la mente y el corazón están más tranquilos y con ellos, abiertos a escuchar y sentir. Y es entonces, en esos instantes, cuando podemos sentirles con mayor fuerza.

Eso no significa que sólo se comuniquen en ese momento, porque seguro que lo han hecho más veces, sino que es cuando estamos preparados para vivirlo.

Los seres que han fallecido, una vez que han transmitido su mensaje, se sienten "liberados". Hemos recibido su comunicación, la conocemos y sentimos. Ya está, trabajo realizado. Si querían decirnos que estaban bien y lo sabemos, ya no insisten más, ya tenemos la información que querían darnos. 

Una vez que el dolor va remitiendo, estamos más abiertos, queremos, necesitamos sentirles, saber de ellos. Tenemos necesidad de ellos. Sin embargo, solemos olvidar que en el otro plano, la situación es distinta a la de la tierra. Pensamos que si nos acordamos de ellos con fuerza e intensidad, lógicamente nuestros seres queridos, también sienten lo mismo. 

Están a nuestro lado. Algunos eligen estar con nosotros, por ser su deseo, por su amor, su misión, etc. Cuidan y velan de nosotros. Podemos recibir mensajes o información que deseen transmitirnos. En este caso, elegirán el momento adecuado para hacerlo. Podemos estar totalmente preparados para la escucha, para sentirles y no recibir información. 

Son ellos, los que deciden cuándo, cómo, dónde, a través de quién, de qué manera, etc. Generalmente, cuando les llamamos o pedimos su ayuda, solemos recibir su respuesta, a veces, nos informan directamente; y otras veces, nos damos cuenta que hemos recibido una ayuda extra, su apoyo, en determinada situación de la vida, aunque no nos lo hayan dicho.

Resumiendo, es más fácil sentir la presencia de nuestros seres al principio, durante el primer año tras su fallecimiento, porque quieren comunicarnos cómo están ya que saben que necesitamos saberlo, pues nos reconforta y ayuda a integrar su marcha.

Una vez que han dado el mensaje, su presencia tiende a desaparecer, a ser menos palpable y evidente. Eso no significa que desaparezcan de nuestra vida, sino que ya no hay tanta prisa por dar un mensaje puesto que ya hemos recibido la información que necesitábamos conocer.

Hay un cambio de papeles, llega un momento en que somos nosotros los que deseamos saber más, estamos más abiertos y podemos asimilar mejor lo que deseen comunicarnos. Debemos tener paciencia, sabiendo que ellos, que ven y saben más que nosotros, escogerán el momento adecuado para hacerse notar, sentir y transmitirnos sus mensajes. 

Tampoco debemos olvidar, que muchas de las señales que nos envían, son tan sutiles que a veces que pueden pasar desapercibidas. Estemos abiertos a lo inesperado, dejemos la mente a un lado, y abramos el corazón a sentir, ver y percibir. 

La energía que somos, la que nos une, es el amor y nunca desaparece.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.