domingo, 26 de febrero de 2012

Guías, Seres de Luz y Ángeles de la guarda

Podemos llamarles seres de luz, guías, ángeles de la guarda; pero, realmente quiénes son y qué trabajo o misión tienen.

Los guías, seres de luz y ángeles de la guarda son energías de amor que nos acompañan siempre, desde que nacemos hasta que morimos, y su misión es la de cuidar y velar por todos nosotros.

La diferencia entre ellos es mínima. Les llamamos guías por ser esa una de sus funciones. 

Su presencia en nuestra vida, se debe a la afinidad, sintonía, empatía, conocimientos o al amor, que nos unen a unos con otros. Podemos clasificar a los guías por su energía vibracional, en función de su cercanía y familiaridad con nosotros, etc.

Al morir, algunos de los seres queridos que deciden quedarse con nosotros después de pasar a la Luz, eligen ejercer de guías. Nos transmiten mensajes, pistas; brindan su ayuda de manera desinteresada y son un apoyo constante en nuestra vida.

Además de nuestros seres queridos, podemos tener junto a nosotros a otros guías. En este grupo encontramos a los seres que desean estar con nosotros por afinidad, aunque no hayamos tenido una relación anterior con ellos. Sienten que pueden aportar su experiencia y sabiduría a nuestra vida.

Por ejemplo, si estamos pasando por un problema médico, podemos tener junto a nosotros a un guía que haya sido un médico especialista en la materia; si estamos estudiando una carrera, un doctorado, unos cursos que nos interesan podemos encontrarnos a seres que han estudiado lo mismo que nosotros y nos ayudan a conectar con ese conocimiento.

Otro grupo de guías está formado por seres que han tenido una relación con nosotros en otras encarnaciones. Mientras elegimos reencarnamos y vivir en el plano material y concreto, ellos deciden continuar en el plano o dimensión en la que están y desde allí seguir apoyándonos con su amor y sabiduría.

Otro grupo de guías lo componen las energías y vibraciones muy elevadas de energía amorosa, pueden ser ángeles, arcángeles, etc.

Algunos de los guías nos acompañaran a lo largo de toda la vida y otros pueden hacerlo de manera temporal, en función de nuestra necesidad de apoyo, ya sea ante un tema, una situación determinada o porque estamos avanzando a nivel evolutivo.

¿Cómo podemos saber quién nos acompaña? Sintiéndolo desde el corazón, a través de la meditación, de las visualizaciones, etc. A veces sentimos de manera muy intensa que nuestro padre, abuela, amigo están a nuestro lado y nos ayudan. Otras veces, son los médium o canalizadores los que nos informan sobre ellos. Hay quienes los dibujan, los describen, les ven, perciben y transmiten sus mensajes y el porqué de su presencia a nuestro lado.

En mi caso, la mayoría de las veces he sabido quién estaba conmigo y su motivo. A veces la información ha llegado en sueños; otras, en astral o a través de la meditación e inclusive por quirología, cuando han visto sus caras en mis manos.

Si abrimos nuestro corazón y escuchamos lo que sentimos de manera profunda, podemos estar muy cerca de saber con seguridad quiénes son nuestros guías. Si no les sentimos, no importa, podemos intentarlo más adelante o contactar con personas especialista en el tema.


La foto de la imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

lunes, 20 de febrero de 2012

Anécdotas sobre señales de los seres que nos rodean

En una de las entradas anteriores, prometí a Ion-Laos del blog Tierra de violetas, que contaría una anécdota sobre las señales de los seres que están a nuestro alrededor y cuesta ver.

A lo largo de mi vida, he vivido, vivo y viviré, al igual que todas las personas, señales más o menos claras de los seres que están con nosotros. A veces las vemos con facilidad, otras pasan desapercibidas y en ocasiones, lo evidente desaparece ante la mirada de la razón. Voy a contaros una de éstas últimas.

Todo comenzó un día cualquiera, cuando al apagar la televisión, ésta volvía a encenderse. Al principio, no le di importancia. Era sólo de vez en cuando. Fueron pasando los días y comencé a notar que tras apagar la tele con el mando, se oía un clic y volvía a encenderse. Pensé que el mando estaba mal y cambié las pilas.

Daba igual el nuevo mando, las pilas; la tele tenía vida propia. Decidí llamar al servicio técnico pero al final no lo hice porque la televisión volvió a comportarse con normalidad durante un tiempo, hasta que de nuevo volvía a encenderse sola ya hubiera mando o pilas nuevas.

Un día una gran amiga mía, me dijo al leerme la mano, que había un niño conmigo que estaba intentando ponerse en contacto conmigo pero que yo no le estaba viendo y que estaba intentando llamar mi atención de varias maneras. De repente, pensé en todo lo que había estado ocurriendo con la tele. 

Pensé en que había actuado todo el rato desde la mente analítica y racional, yendo paso a paso, pero se me pasó lo más importante, cuando era evidente, había dejado aparcada la intuición. No es habitual en mí el hacerlo, pero pasa. Suelo trabajar las dos, la lógica y la intuición, es básico su equilibrio. Conecté con el niño, le pedí perdón por el no haberle visto, por no haberme enterado de su presencia. Me comentó que era un guía, que estaría un tiempo conmigo y después de realizar su trabajo junto a mi se marcharía. Y es lo que hizo.

Esta situación me sirvió para estar más atenta aún a todo tipo de señales. Tengo presente ambas herramientas y observo lo que ocurre usando la lógica y la intuición y, además, dejo abierto el canal que soy. Parece que desde entonces, o las señales que envían han ganado en claridad o es que he ido ampliando mi canal de percepción, porque ya no ha vuelto a pasar.

La última señal que he tenido o vivido, fue esta semana pasada. Acababa de salir de trabajar, hacia frío e iba caminando rápido por la calle. En una esquina vi a un grupo de personas que estaban hablando mientras esperaban que se pusiera el semáforo en verde. No podía oír lo que decían.

De repente, escuché unas frases dichas con rapidez, quise saber lo que decían pero no entendí nada, era una especie de cuchicheo rápido. Me chocó, la voz era clara y nítida, como si hubiera alguien a mi lado o justo detrás mio.

Mi parte lógica y mental que es muy fuerte, me obligó a mirar hacia delante buscando a la persona que hubiera podido hablarme casi al oído. No había nadie cerca. Giré la cabeza hacia atrás, seguía estando sola. 

El escuchar y no entender lo que decían me hizo estar alerta a lo que podía encontrar camino a casa. No ocurrió nada extraño. Una vez más, estas señales sirven para que permanezca atenta a ellas e intente descubrir su significado, sin olvidarme de la lógica y la intuición.


La imagen de la foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

martes, 14 de febrero de 2012

Fantasmas, presencias, espíritus

Los fantasmas no existen, o dicho de otra manera, a lo que llamamos fantasmas son espíritus y presencias.

Generalizando, podríamos decir que existen dos grupos, los que van a la luz directamente, que son mayoría y de los que hemos venido hablando en la mayor parte de las entradas; y, los que están perdidos, por no ir a la luz, y son minoría.

Al morir, el espíritu regresa al lugar del que partió, al origen, al amor. Existen diversos planos o dimensiones vibracionales de energía amorosa. En ellos, el espíritu descansa, se recupera de lo vivido en su última vida; está aprendiendo, evolucionando.

Cuando morimos, avanzamos hacia la luz, que es amor, y lleva directamente al plano donde descansaremos, reuniremos con otros seres queridos y planificaremos cómo queremos seguir avanzando como almas que somos. Para todo ello se necesita un tiempo, para algunos seres será más rápido; otros, necesitarán más tiempo. Cada uno el que precise, no hay prisa.

Otros seres, y son minoría, al morir, no van a la luz. Quizá sientan miedo al ver la luz y aunque estén rodeados de seres queridos al hacer el tránsito, rechazan su ayuda. Estos seres, acaban perdidos en una dimensión en la que la luz y el amor es más escasa, que existe y se deja sentir.

La decisión de quedarse puede estar motivada por el miedo a avanzar, por la creencia que su vida no ha sido todo lo correcta que debía y temen qué va a pasar cuando lleguen a su destino; porque están demasiado apegados a su familia, tierra, vínculos en la tierra, etc.

Estos seres, se sienten perdidos y pasado un tiempo buscan la luz que les conducirá de vuelta al amor. No saben o no conocen cuál el camino de regreso, sienten miedo, están angustiados, se sienten solos. Cuando se dan cuenta de su situación buscan ayuda en sus seres queridos que están vivos, ya sean familia, amistades, allegados, etc. Muchas veces, ya sea por el dolor de la pérdida y la ausencia, porque no sabemos verles, ni percibir sus señales, no somos conscientes de su presencia a nuestro lado. 

Cuando se dan cuenta que en su entorno no les ven, van en busca de otros seres que pueden percibirles ya sea porque están abiertos, son canales, en ese momento de su vida son más sensibles, etc. Los seres fallecidos buscan un faro en la oscuridad que les ilumine, luz que guíe sus caminos de vuelta a casa. Cuando encuentran a una de estas personas que saben que puede ayudarles, se hacen notar de muchas maneras llamando su atención.

Aunque ellos vean que somos luz y podemos guiarles, es posible que nosotros mismos no sepamos que tenemos esa capacidad. Podemos notar su presencia porque estamos incómodos, molestos, no sabemos qué pasa pero notamos cierta inquietud. Notamos la energía de la angustia. Ante todo, debemos saber que no pueden hacernos daño, sólo buscan ayuda.

Ante esta situación podemos optar por ayudarles o no hacerlo. Somos libres de decidir qué hacer. En el caso de querer ayudar lo que haremos será mandarles luz y amor, para que la encuentren y así retomar su camino. Ya hemos hablado en entradas anteriores cómo hacerlo, en concreto en Enviando luz y amor.

En una próxima entrada, hablaré de qué podemos hacer y cómo actuar cuando sentimos que hay presencias o espíritus perdidos cerca nuestro.

No debemos confundir a estos seres que están perdidos, con los que una vez estando en la luz, de repasar y descansar de su vida anterior, deciden querer ayudar a sus familias. La energía que desprenden estos seres es de amor, suave, reconfortante, armoniosa y luminosa. Se distinguen fácilmente unos de otros.

Todos somos almas, espíritus pero no fantasmas. Dejemos a estos últimos para los cuentos, relatos y películas.


La imagen de la foto está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Mensajes de seres queridos fallecidos

Normalmente no suelo recordar los mensajes que transmito. Puedo recordar imágenes que me muestran pero no lo que me comunican a través de ellas. Para mi, resulta algo natural, no premeditado, es automático. 

De vez en cuando, algunas de las personas que han estado conmigo, suelen contarme qué información han obtenido después de una sesión

Hace unas semanas, Pedro vino a consulta. No quería contactar con nadie. Venía abierto a recibir la información que le llegara. Me comentó que tenía ciertas dudas ante lo que iba a pasar, pero a pesar de ello, sentía que tenía que estar conmigo.

Al rato de conectar, apareció el padre de Pedro. Habían tenido una relación tensa y no demasiado buena. Sentía dolor y seguía abierta una herida que no estaba curada. Su padre le pidió perdón por el comportamiento que había tenido hacia él, Pedro se resistía a aceptarlo. Al final, lo hizo, pensando en que su padre lo necesitaba y podía ayudarle a seguir avanzando.

En un momento dado, Pedro comentó que necesitaba descansar y tener tiempo para él, pero le faltaba dinero para realizar el viaje que necesitaba. Al rato, apareció de nuevo su padre con un mensaje, debía buscar una caja que estaba dentro de un aparador, lo describió y el lugar dónde estaba. Le dijo que allí encontraría algo que le pertenecía. Pedro no entendía el mensaje. Comentó que se trataba de un mueble que estaba en casa de sus padres y allí no había nada interesante, ni ninguna caja. Terminó la consulta, y se marchó bastante escéptico.

A las dos horas me llamó por teléfono, estaba excitado y contento. Por curiosidad había ido a casa de sus padres; había abierto el cajón indicado por su padre y había encontrado una caja. Sorprendido, la abrió y encontró dinero, justo el que necesitaba para poder realizar el viaje. Decía que no sabía si reír o llorar, que todo lo que había ocurrido era increíble y que por favor, le diera las gracias a su padre por el regalo y por la insistencia que había tenido al decirle que mirara en el mueble. Estaba realmente sorprendido y emocionado. 

Laura decidió venir a consulta. Tampoco quería conectar con nadie en especial. Apareció su abuela. Tenía unas palabras muy tiernas hacia ella, le comentó que solía cantarle nanas para que se durmiera, le cantó una. Laura iba poniendo caras raras, pero no dijo nada. Su abuela le contó que cuando era pequeña era igual a una tía suya, hermana de su madre que había muerto siendo chiquitina. Para Laura era todo nuevo, no recordaba nada. Nadie le había dicho que su madre había tenido una hermana que había muerto siendo pequeña.

Viendo que Laura, se sentía perdida y muy extrañada, le dijo que había una foto dentro de un libro en la que aparecía ella con las dos niñas, la madre de Laura y su otra hija. Le indicó dónde debía buscarlo. Laura se marchó y justo una semana después me llamó. Quería darme las gracias por toda la información que había recibido. Decía que se había marchado con muchas dudas pero que decidió hablar con su madre de todo lo ocurrido. 

Su madre le confirmó la información. Le dijo que para su abuela, había sido muy dolorosa la pérdida de su hija y en casa no se hablaba de ello, silenciándose su existencia. También le contó que cuando Laura era pequeña, su abuela se solía sentar junto a su cuna, cantándole nanas

Juntas encontraron el libro, estaba donde lo había indicado su abuela. Al abrirlo, encontraron una fotografía muy gastada. Estaba su abuela con dos niñas pequeñas, su madre que era bebé y otra con dos años, su tía. Pudo comprobar que se parecían su tía y ella. 

Los mensajes que dan los seres que han fallecido son siempre distintos. Algunos informan de nuevos acontecimientos que van a suceder, otros quieren expresar sus sentimientos de amor, cariño, perdón, reparar o expresar lo que no pudieron decir o hacer, dar ánimos antes una situación complicada o adversa, etc.

Mi don me permite ser espectadora y a la vez parte de unas vivencias llenas de sentimientos, que normalmente tienen un efecto liberador y de paz. Para mi, es muy gratificante y un regalo, ver la transformación que experimentan las personas al recibir los mensajes de sus seres queridos. Soy muy afortunada por ello. 


La foto de la imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

jueves, 2 de febrero de 2012

Pinceladas sobre el viaje astral

Muchas veces hemos oído hablar del viaje astral, de conectar con el astral, recibir información desde el plano astral, etc.

El ser humano está rodeado de capas de energía, son siete. Lo forman el cuerpo físico, el emocional, el mental, el astral, el intuitivo, el celestial, y el casual. Son lo que se llama, los cuerpos sutiles. La energía que emana de ellos tiene un color y una vibración a la que llamamos Aura.

De manera muy resumida y sin entrar en detalles. Los tres primeros están relacionados con lo físico, lo terrenal y nos hacen tomar consciencia. El cuarto, el astral, es el intermedio y es una especie de filtro entre lo humano y lo divino.Y los tres restantes, están relacionados con lo espiritual.

Comenzaré haciendo una pregunta, cuántas veces al despertaros, habéis dicho, esta noche he tenido un sueño que parecía real, no parecía un sueño normal. Era como si estuviera allí mismo, era intenso, vivo.  Bien, esta sensación extraña, a veces reconfortante, otras inquietantes y misteriosa, y que nos deja con más de una duda sobre qué hemos hecho esta noche, es el viaje astral.

Normalmente al dormir, nuestros cuerpos más terrenos tienden a quedarse más relajados, permitiendo trabajar a los restantes. Eso facilita la salida del alma de nuestro cuerpo, que viaja al encuentro de conocimiento, de personas, de lugares etc. Se produce un desdoblamiento, el cuerpo físico hace de ancla mientras nuestra alma viaja.

Es en este espacio o plano, donde solemos ver y podemos hablar con nuestros seres queridos. Es un punto intermedio de reunión a medio camino para ellos y nosotros. 

Pocas veces somos conscientes de que viajamos a nivel astral, aunque lo hagamos. De hecho, viajamos todos los días astralmente. Y no, no solemos recordarlo.

Podemos trabajar a través de distintas técnicas, el ser conscientes de nuestros viajes. Esto nos permitirá viajar a dónde queramos, ver a quién deseemos, reunirnos con personas que están muy lejos, estudiar, conocer otros países y personas, etc. Sí, suena a fantasía y a ciencia ficción, pero no lo es.

Las personas que trabajan el ser conscientes de los viajes, pueden programarlos, es decir, eligen ir a un lugar concreto, reunirse con otras personas a miles de kms, charlar de un tema especial, etc. Aprovechan sus viajes para seguir avanzando, aprendiendo o disfrutando de ellos.

Algunas personas al salir del cuerpo, suelen ver que están dormidos en la cama y se preguntan cómo puedo verme si estoy dormido. O saber qué está pasando en otra habitación distinta mientras descansan plácidamente.

El viaje astral se realiza de manera automática. El alma sale del cuerpo y vuelve a él. ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de pisar un escalón mientras dormís? Eso es el resultado de que el alma se vuelve a colocar en su sitio. Otras veces, podemos despertarnos y sentir paralizado el cuerpo, parece que no podemos movernos, estamos rígidos y asustados por el miedo, y al momento movemos las manos. Forma parte del mismo proceso, salvo que esta vez nos hemos despertado justo en el momento de la vuelta del alma.

El momento de hacer el tránsito de la muerte, es muy parecido a viajar astralmente. Nuestra alma sale del cuerpo y viaja de nuevo a casa. Podemos decir que el viajar astralmente además de permitirnos conectar con otros seres y aprender o tener acceso a información que de otra manera no tendríamos, es un entrenamiento para que cuando llegue el momento de partir, nos resulte natural y conocido. Llevamos toda la vida practicándolo.

No hay que tener miedo a viajar astralmente. No es peligroso y si apasionante, especialmente cuando somos conscientes de que estamos viajando. Podemos ir en un momento a una exposición de un museo en París; hablar con seres queridos, encontrarnos con amistades o establecer otras nuevas; viajar a otros planos más elevados, etc. El tiempo en este plano no existe como en la tierra. Lo que nos permite realizar tantas cosas en una noche, siesta, etc.

¿Os animáis a observar lo que sucede mientras dormís? Nuevamente debo recordar que debemos tener los pies en la tierra, ser realistas, y no dejar que la fantasía y la imaginación confundan nuestras ilusiones con lo que sucede. Es básico estar anclado a la tierra, a lo concreto, para saber vivir y disfrutar de lo que nos rodea.


La imagen de la foto está sacada de internet. Desconozco quién es su autor.