viernes, 6 de junio de 2014

Curso de Canalización e Intuición, 21 de Junio en Zaragoza

El solsticio de verano, está a la vuelta de la esquina, será el día 21 de Junio. Este año no lo pasaré en San Sebastián, mi cuidad: estaré en otra; en Zaragoza, donde daré un curso y pasaré consulta.

Resulta divertido poder vivir esta pequeña aventura y además en unas fechas tan especiales.

Después del invierno y la primavera, en la que hemos pasado por distintas etapas y retos, llega el momento de hacer un alto en el camino, mirar hacia dentro y hacer balance de nuestra vida. ¿Estamos a gusto con ella? ¿Qué deseamos eliminar, sanar, limpiar? ¿Qué buscamos o queremos que haya en ella? 

La energía del solsticio, ayudará a que haya claridad en nuestros pensamientos, lo que permitirá, que podemos adentrarnos en nuestras zonas más oscuras llenando de luz, el dolor, la angustia, la pena, el hastío, la preocupación, etc.

El solsticio de verano, viene cargado de poder purificador, renovador. Trae nuevos impulsos llenos de vitalidad y fuerza. Podemos aprovecharlos para poner en orden nuestra vida, eliminando lo que ya no sirve, dejando así, espacio para todo lo nuevo.

Aprovecharé esta maravillosa energía en el curso que voy a dar; será un Curso de Canalización e Intuición. Aprenderemos a reconocer nuestra propia energía de la de los demás, el canal que somos y trabajaremos la intuición de manera práctica. Todo ello, va a ayudarnos en el proceso de poder comunicarnos con nuestros seres queridos fallecidos, los guías espirituales, etc.

El curso será el sábado 21 de junio, en horario de 10.00 a 14.00 en el Centro Canela Dreams de Zaragoza. Las plazas son limitadas, así que hay que reservarlas con antelación.

El viernes 20 de junio, pasaré consulta, previa petición de hora, también en el mismo centro.



Curso de Canalización e Intuición

 SABADO 21 de JUNIO de 10.00 a 14.00



Consultas

VIERNES 20 de JUNIO de 16.30 a 20.00 
SABADO 21 de JUNIO de 15.30 a 18.30
en el CENTRO CANELA DREAMS
C/ Arias, 13
Zaragoza


Si os animáis, estaré encantada de saludaros y poder conoceros en persona.


La imagen de la foto es de un mandala mío.

viernes, 30 de mayo de 2014

El amor, hilos invisibles que permanecen a pesar de la muerte

Zuzy ha escrito un comentario en el que plantea cuestiones muy interesantes. Entre ellas, quiero destacar una, las relaciones especiales que tenemos con ciertas personas que a pesar del tiempo y de la muerte, permanecen unidas.

El comentario es largo y transcribo lo que me parece más interesante para el tema de hoy. El resto del comentario está en la entrada del blog, Soñar con los seres fallecidos:
 
Zuzy: (...) A los 14 años conocí a quien fué mi primer y gran amor: Carlos. Tuvimos una relación durante casi 8 años y cuando llevabamos 5 comenzó a suceder que soñaba con el y que algo le sucedía, al despertar sentía angustia hasta que le llamaba y entonces resultaba que sí había pasado algo, afortunadamente nada grave, pero siempre nos preguntábamos porque me pasaba eso SOLO con el y con nadie mas. Pasaron 3 años hasta que esa situación volvió a suceder.. comencé a soñarlo un dia domingo (para ese tiempo, los problemas y la infidelidad por parte suya habían fragmentado mucho la relación, así que ya no estábamos juntos y por acuerdo mutuo tampoco teniamos comunicación) y al igual que años atrás, yo sentía que algo no estaba bien con el y tenía una opresión y angustia en mi corazón.. estuve así hasta el jueves que le envié un texto preguntando como estaba pero no tuve respuesta. Me senti triste y pedí a Dios que lo cuidara, y para el sabado por la mañana uno de sus primos me avisa que Carlos había fallecido de un derrame cerebral. Sufrí mucho al perderlo y me enojé con el por no cumplir su promesa de estar siempre para mi, por no decirle a nadie que llevaba tiempo enfermo y por haberme alejado de su lado. Han pasado 5 años desde su muerte, y ahora tengo una pareja que se ha ganado mi amor y respeto, pero aún pienso en Carlos..van varias veces que sueño con el, y los sueños son tan reales!.. la mayoría de las veces me hacen despertar con una felicidad inmensa! y aunque algunas veces solamente veo que me sonríe, otras soy mas afortunada y lo abrazo, lo beso y le digo que lo extraño, y otras mas me llama al movil y pregunta como estoy, digo que bien pero siempre le pregunto donde estas? dime donde estas para ir a verte.. te extraño! y solo me dice que esta bien, que luego me llama y corta la llamada. Intento marcar su numero pero no logro recordarlo o cuando lo busco en la lista de contactos veo el nombre pero no identifico el numero, me desespero y asi despierto, desesperada.. otra veces cuando lo escucho al teléfono pregunto como es posible que me llame si el esta muerto.. pero casi siempre le digo que yo sé que no está muerto, que me diga donde está, cosa que nunca hace y en cambio solo dice que esta bien, pero cuando eso pasa, estoy como consciente de que es un sueño pero a veces despierto con una sensación de confusión, en que mi corazón siente (o quiere sentir que vive) y mi mente trata de ubicarme en la realidad aunque piensa en buscarlo.
Algo más curioso es que cuando pasa tiempo en que no me comunico con sus padres, lo sueño hasta que les llamo.. como si fuera una manera de el para mantenerse fisicamente presente con ellos, no lo se. (...)

(...) porqué solo con él tenia esos sueños o premoniciones?(...)

Es cierto que a veces tenemos una conexión muy especial con ciertas personas que va más allá de lo que consideramos habitual o normal, y que no podemos explicarlo con la mente. Nos preguntamos qué ocurre, por qué podemos sentir y saber cómo se encuentra una persona a la que hace tiempo que no hemos visto; por qué podemos vestir casi exactamente igual que otra, sin ponernos de acuerdo con anterioridad; inclusive, podemos saber si una persona está preocupada o si ha tenido un accidente, o está viviendo una situación complicada en un momento determinado. Esto ello es posible, y se llama telepatía.

Somos energía y luz; todo está unido al Todo a través del amor. Podemos sentir que está unión que se establece con todas las almas, por medio de unos lazos invisibles, es más fuerte con unas unas personas que con otras. La conexión es más intensa. Son lazos de amor, ya sea pasional, fraternal, amistoso, ...

La relación energética de amor no entiende de barreras, ni de dimensiones, ni de espacios, ni de tiempos. Es atemporal y eterna. Por eso es relativamente sencillo, dependiendo de la conexión de amor que tengamos con las personas, saber cómo están y se encuentran.

Lo mismo ocurre con los seres que han fallecido. Podemos seguir teniendo y sintiendo que la conexión permanece firme. Podemos recibir sus mensajes, percibir sus señales, mantener encuentros en astral con ellos.

El amor, une. Es una energía muy poderosa, invisible a nuestros ojos, pero no a nuestro corazón. Vivimos muchas encarnaciones y nos relacionamos por lo general, con almas con las que hemos compartido muchas vidas. En todas aprendemos, y podemos hacerlo junto a determinadas almas con las que sentimos algo especial, como si hubiera una unión infinita. No es fruto de nuestra imaginación, es real. Esas uniones son energía de amor verdadero. Da igual si en una vida, hemos tenido una relación de padres e hijos, de pareja, de amistad, de enemistad. El amor verdadero, viaja con nosotros siempre, pues forma parte de nuestra esencial y alma.

Podemos reconocer a esas almas, porque destacan, impactan, y no nos dejan indiferentes. Puede que sólo se crucen un instante en nuestra vida o permanezcan en ella para siempre. Marcan y dejan huella. 

Volveremos a reencontrarnos con ellas, con todas, tengamos o no, esa conexión amorosa intensa. En cada vida, en cada dimensión, compartios momentos, aprendizajes, que nos ayudan a seguir evolucionando y crecer como almas de amor que somos. Resulta muy gratificante y el grado de aprendizaje es superior, cuando lo hacemos junto a estas almas con las que tenemos una unión especial.

Miremos a nuestro alrededor, observemos cómo palpita y vibra nuestro corazón, y daremos con esas almas que son y forman parte de nosotros.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cursos Intensivos de Canalización en Julio, en San Sebastián

Varios de vosotros habéis pedido que hubiera talleres o cursos de canalización que fueran más largos.

Dentro de muy poco, en el mes de julio impartiré dos cursos o talleres intensivos que serán de seis horas de duración. Serán independientes entre sí. Si alguien quiere hacer los dos, no existe ningún problema.

Serán los sábados 5 y 19 de Julio. El curso durará seis horas, cuatro por la mañana y dos por la tarde.

Este taller intensivo es un acercamiento a la canalización, aprendiendo técnicas que servirán para que podemos trabajar con nuestra energía, y así distinguirla de la de los demás. Haremos algunos ejercicios y trabajos de conexión, etc.

La canalización consiste en conectar con las energías que nos rodean, desde las más altas vibraciones, guías, seres de luz a las de los seres queridos fallecidos o más cercanos. Englobaría todo contacto o conexión con las energías, inclusive la mediumnidad.


Aquí dejo la información: 

Los sábados 5 y 19 de Julio, María Eugenia Aurensanz, VIDENTE, MEDIUM Y CANALIZADORA, impartirá un taller o curso intensivo de canalización. 

TALLER INTENSIVO DE CANALIZACIÓN 

Estos talleres o cursos intensivos tienen como objetivo el acercamiento al mundo de la canalización. Basándose en su propia experiencia María Eugenia nos explicará en que consiste ser un canal y de que forma poder trabajar.

Para ello en el taller se harán visualizaciones, distintos ejercicios y práctica con el objetivo de aprender a percibir nuestra propia energía y la que nos rodea. 

Antes de finalizar el taller si María Eugenia recibe algún mensaje para alguno de los presentes se lo dará. 


Los Talleres Intensivos se realizarán en: 

Centro GAYATRI (Antes AMALUR) 
C/ Ferrerias / Olaeta  19 puerta  11. AMARA
a 5 minutos andando de la Estación de Autobuses, cerca del Estadio de Anoeta
Donostia - San  Sebastián
SABADO 5 de JULIO de 10:00 a 14:00 y 16.00 a 18.00
SABADO 19 de JULIO de 10.00 a 14.00 y 16.00 a 18.00

Para más información, como el precio del curso, cómo llegar al centro -está a cinco minutos andando de la estación de autobuses-, qué ropa o material hay que llevar, etc. y para reservar plaza, importante porque son plazas limitadas, podéis hacerlo en el teléfono 606.601805 y en la siguiente dirección de correo: 

mecomunicacion@gmail.com - el del blog


La imagen es de un mandala mío.

lunes, 5 de mayo de 2014

Cómo distinguir las señales de los seres queridos fallecidos

Son muchos los correos que recibo en los que preguntáis si lo que habéis visto o sentido, son señales de vuestros seres queridos ya fallecidos.

En ocasiones, cuesta distinguir si lo que percibimos es una señal o no. Cada caso es distinto, habría que ir analizando todos los detalles, ver qué es real, qué es intuición, qué corresponde a los miedos, deseos, o una buena comunicación con ellos.

Para hablar de ello voy a poner como ejemplo un hecho, el sentir una brisa. Lo mismo podéis hacer cuando sentís un aroma, un ruido, un movimiento, una caricia, una canción, una voz, etc, o ante lo que consideráis que puede ser una señal.

Para sentir una señal, tenemos que estar abiertos a ello. No de manera obsesiva, simplemente siendo espectadores de lo que ocurre. Hay momentos en la vida, que estamos deseando tener señales de los seres queridos y todo lo que vivimos puede parecer que lo son. Es posible que lo sean y en algunos caso, podemos confundir el deseo con la realidad. También el miedo puede ser un factor a tener en cuenta, pues puede llevarnos a no ver con claridad las señales o podemos interpretar incorrectamente una señal y su significado.

Las herramientas que van a ayudarnos y con las que trabajaremos son, la intuición, la mente y por último, el corazón. Lógica y emociones, aparentemente diferentes, pero ambas se complementan a la perfección y son básicas e imprescindibles.

Comenzamos, si hemos sentido una brisa que roza la cara o el cuerpo, o cualquier otro hecho que consideréis que puede ser una señal, tenemos que preguntarnos por qué esa situación es diferente a las demás, qué ha ocurrido para que nos demos cuenta de ello.

Podemos sentir, el corazón, que avisa para que estemos atentos. Miraremos a nuestro alrededor, para ver si estamos en un lugar cerrado, si hay corrientes de aire, o cualquier circunstancia que permita que haya brisa; estaríamos usando la mente y la lógica.

Después de observar todas las posibles situaciones, y comprobar que todo estaba cerrado y era imposible que hubiera brisa; podemos concluir que lo que hemos percibido será con toda probabilidad, una señal.

Hay veces. que a pesar de que haya una ventana o puerta abierta, o estemos en la calle, podemos sentir la misma brisa. Entonces, ¿qué podemos hacer para diferenciar una posible señal, en nuestro caso, la brisa del viento? Las señales tienden a ser breves, pequeños instantes que pueden duran segundos, y en ellos, sentimos que "hay algo"; mientras que si es viento o una corriente de aire, suelen durar más tiempo y ser repetitivas, además de moverse otros objetos.

Si no estamos seguros, si la lucha entre la mente analítica y el corazón están empatados y no hemos llegado a ninguna conclusión, podéis pedir que manden señales claras de manera que no tengáis dudas sobre lo que ha sucedido.

No importa que la respuesta sea rápida o tarde. Es recomendable, volver a una actitud relajada, en la que somos espectadores y no estamos constantemente pendientes de todo lo que sucede. Puede que las señales que envíen, en vez de ser en forma de brisa, lo sean de canción, de llamada de teléfono, una luz que se enciende, etc. Tenemos que ser como niños, estar abiertos a todo y analizar lo que sucede empleando para ello la cabeza y el corazón.

Si a pesar de todo ello, seguís con dudas, preguntadle a vuestro corazón, sabe la verdad. Atreveros a confiar en él, en vosotros, en lo que habéis sentido y percibido.

Y por último, quedaría saber el significado de las señales. Pueden ser muchos y distintos. Abarcando desde lo más sencillo, quieren que sepamos que están junto a nosotros, que nos apoyan, velan y guían; cómo se encuentran, si están bien; o puede que quieran comunicarnos algo más concreto. En ocasiones, podemos entender el significado de las señales cuando ya ha pasado una situación determinada; mientras que a veces, lo sabemos de manera inmediata, entendiendo su mensaje por ser muy claro, y estamos preparados para lo que está próximo a suceder en nuestra la vida.
 
El mundo de las señales es muy rico, a veces desconcertante y si lo tomamos con calma, divertido,  enriquecedor; y siempre, sorprendente.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.

sábado, 19 de abril de 2014

La muerte de nuestros hijos

Si la muerte no deja indiferente a nadie, la de un hijo, aún menos. Es una de las experiencias más duras por las que pasamos.

Asumimos, en nuestro primer y desarrollado mundo, que son los mayores los que se irán primero; decimos, es ley de vida. Olvidamos que la vida tiene su propio recorrido y no podemos hacer nada para impedirlo.

Cuando nacen nuestros hijos deseamos que tengan una vida estupenda, sencilla, cuajada de vivencias positivas y llenas de éxitos, ayudamos a que sean personas responsables, comprometidas y su vida sea feliz. Sin embargo, un día, la muerte hace acto de presencia, y nuestros hijos mueren, ya sea por un accidente, una autoliberación, una enfermedad terminal, sufriendo muerte súbita, suicidio, asesinato, negligencias médicas, etc. No estamos preparados para ello. Nuestro mundo se derrumba, se viene abajo, inundándose de rabia, desconcierto, impotencia, angustia, y sobre todo, mucho dolor. Les dimos la bienvenida al nacer, les protegimos y ahora, mueren.

Quizá la muerte más "fácil" de integrar sea la de una enfermedad terminal, ya que nos permite acompañarles en su proceso, ayudarles en su tránsito, cerrando su ciclo, guiándoles en su paso por la vida y la muerte. Hemos estado junto a ellos y es importante.

Un duelo por la muerte de un hijo, no tiene un tiempo de superación. Es una muerte que deja unas heridas difíciles de curar y cicatrizar. Entre otros factores, además de lo que implica la muerte en sí, también entraría en juego nuestro dolor, nuestra impotencia y nuestra "culpa", el no perdonarnos por no haber podido evitar su marcha. La mente no para de pensar: si hubiera estado más atento, si no le hubiera dejado salir aquella noche, si hubiera .... Y en algunos casos, no nos perdonamos, nos sentimos responsables de su marcha, sin serlo.

Aparece el autoboicot, deseamos dejar de vivir. Si ellos han muerto, sentimos que les fallamos, y nos castigamos. La risa, la alegría, el juego desaparece; decidimos que la vida se estanque y pare, hay un antes y un después. Es cierto, es un hecho real. Ya nada será igual.

Pero, ¿es justo para los que nos rodean, nos quieren, y sobre todo, para nosotros mismos "el morir en vida" por la muerte de nuestros hijos? ¿Qué desean ellos que hagamos con nuestra vida? Sin duda alguna, desean que seamos felices, que realicemos nuestros sueños, aunque no es una tarea fácil de llevar a cabo.

La vida continúa avanzando. Si tenemos familia, amigos, más hijos, también necesitan de nosotros, de nuestro apoyo y alegría. Podemos elegir vivir, a pesar del dolor, e ir integrándolo, sabiendo que habrá días mejores, muy duros, que la vida será una montaña rusa de emociones y que nos acordaremos de nuestros hijos todos los días. También podemos decidir sufrir, penar, como la manera de sacar nuestro dolor, la rabia, la ira; y además, hay quién decide, volcarla en los demás.

He escuchado muchas veces a personas que han perdido a hijos, decir que su vida carece de sentido, se ha ido la alegría, el motor de sus vidas, y no se dan cuenta que a su alrededor hay más personas que también les necesitan, que les aman y desean su bienestar. En ocasiones, su propio dolor, les impide aceptar que la vida sigue, incluso les ha llegado a molestar y no entender que el resto de las personas se rían, y disfruten de momentos de felicidad.

Cada uno de nosotros vive el dolor y el duelo de manera distinta. No siempre tenemos la misma fuerza interior, ni las heridas la misma profundidad, ni dejan la misma huella y cicatriz.

Debemos perdonarnos, asumir que pese a lo injusta que es la vida, nos regala momentos maravillosos. Está en nuestra mano el vivirlos y disfrutarlos, reconocer que el divertirse ayuda a que los seres que han fallecido estén mejor, pues desean nuestra felicidad y no el dolor y tristeza. Podemos aprender a ver que toda vivencia por muy dura y difícil que sea, forma parte de las pruebas de vida que hemos elegido vivir como almas que somos.

La muerte de nuestros hijos abre caminos nuevos en nuestra vida. Rutas que facilitan el llevar a cabo, el trabajo que nuestra alma eligió realizar en esta encarnación. Podemos decidir ayudar a los demás a sobrellevar el dolor, a compartir nuestra experiencia, a acompañar en situaciones difíciles, luchar por el reconocimiento de una muerte, de una negligencia, ayudar a la sociedad a tomar conciencia de las muertes por accidente, trágicas, ayudar a cambiar leyes.....

Pues su muerte no ha sido en vano y ha abierto nuevas sendas para encontrarnos a nosotros mismos, para saber quiénes somos, qué cualidades tenemos, y qué y cómo queremos vivir la vida. Podemos elegir vivir lo positivo dentro de lo negativo. Siempre hay luz a pesar de la oscuridad.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

miércoles, 9 de abril de 2014

Las señales de los seres queridos fallecidos y el tiempo

Hace ya unos días, Julia, realizaba una pregunta en uno de los comentarios del blog. Quiero volver a hablar de ello, porque creo que se trata de una cuestión interesante. Y sin más misterios, dejo aquí parte de su comentario.

Julia: "... Tengo una duda hablando el otro día con una amiga que tb cree le pasa igual que ami, por que se nota más la presencia en el primer año que han fallecido? Por lo menos este es nuestro caso.

Ahora estoy pasando por momentos difíciles y por más que este paciente y algo atenta no, noto ninguna señal de ellos. Aveces si que me invade como mucha paz y protección supongo que tb es una manera de decirme que están ahí... "

¿Por qué se nota más y con mayor intensidad la presencia de los seres queridos tras su fallecimiento? La respuesta es sencilla. Tras su marcha, quieren transmitirnos cómo se encuentran, si están bien, si necesitan algo. Y lo suelen hacer, a través de señales que podemos entender con cierta facilidad. Por ejemplo, oler su fragancia, escuchar su canción favorita, sentirles a nuestro lado aunque no les veamos, sentir una caricia, verles en sueños, etc.

El dolor ante la pérdida actúa como un resorte de protección; nos aisla, blindándonos a lo que sucede alrededor. Es tan intenso, que el resto de lo que ocurre a nuestro lado parece que no importa, hasta puede que carezca de sentido, dándonos así, tiempo para sanar, para integrar la pérdida. Es parte del duelo.

Una parte de nosotros, desea tener señales, comunicaciones y mensajes de nuestros seres queridos; y a la vez, el mismo dolor, lo impide. A pesar de ello, existen momentos en los que tenemos paz; la mente y el corazón están más tranquilos y con ellos, abiertos a escuchar y sentir. Y es entonces, en esos instantes, cuando podemos sentirles con mayor fuerza.

Eso no significa que sólo se comuniquen en ese momento, porque seguro que lo han hecho más veces, sino que es cuando estamos preparados para vivirlo.

Los seres que han fallecido, una vez que han transmitido su mensaje, se sienten "liberados". Hemos recibido su comunicación, la conocemos y sentimos. Ya está, trabajo realizado. Si querían decirnos que estaban bien y lo sabemos, ya no insisten más, ya tenemos la información que querían darnos. 

Una vez que el dolor va remitiendo, estamos más abiertos, queremos, necesitamos sentirles, saber de ellos. Tenemos necesidad de ellos. Sin embargo, solemos olvidar que en el otro plano, la situación es distinta a la de la tierra. Pensamos que si nos acordamos de ellos con fuerza e intensidad, lógicamente nuestros seres queridos, también sienten lo mismo. 

Están a nuestro lado. Algunos eligen estar con nosotros, por ser su deseo, por su amor, su misión, etc. Cuidan y velan de nosotros. Podemos recibir mensajes o información que deseen transmitirnos. En este caso, elegirán el momento adecuado para hacerlo. Podemos estar totalmente preparados para la escucha, para sentirles y no recibir información. 

Son ellos, los que deciden cuándo, cómo, dónde, a través de quién, de qué manera, etc. Generalmente, cuando les llamamos o pedimos su ayuda, solemos recibir su respuesta, a veces, nos informan directamente; y otras veces, nos damos cuenta que hemos recibido una ayuda extra, su apoyo, en determinada situación de la vida, aunque no nos lo hayan dicho.

Resumiendo, es más fácil sentir la presencia de nuestros seres al principio, durante el primer año tras su fallecimiento, porque quieren comunicarnos cómo están ya que saben que necesitamos saberlo, pues nos reconforta y ayuda a integrar su marcha.

Una vez que han dado el mensaje, su presencia tiende a desaparecer, a ser menos palpable y evidente. Eso no significa que desaparezcan de nuestra vida, sino que ya no hay tanta prisa por dar un mensaje puesto que ya hemos recibido la información que necesitábamos conocer.

Hay un cambio de papeles, llega un momento en que somos nosotros los que deseamos saber más, estamos más abiertos y podemos asimilar mejor lo que deseen comunicarnos. Debemos tener paciencia, sabiendo que ellos, que ven y saben más que nosotros, escogerán el momento adecuado para hacerse notar, sentir y transmitirnos sus mensajes. 

Tampoco debemos olvidar, que muchas de las señales que nos envían, son tan sutiles que a veces que pueden pasar desapercibidas. Estemos abiertos a lo inesperado, dejemos la mente a un lado, y abramos el corazón a sentir, ver y percibir. 

La energía que somos, la que nos une, es el amor y nunca desaparece.


La imagen está sacada de internet y desconozco quién es su autor.

lunes, 17 de marzo de 2014

La primavera en el corazón

Esta semana entramos en una nueva estación. Llega la primavera, con su estallido de color, de aromas, de brotes, de esperanza, de rejuvenecimiento y trae un mensaje muy especial, el del resurgir. Tenemos la capacidad del ave fénix, la de renacer de nuestras cenizas.

La vida es un camino lleno de baches, autopistas, atajos, puentes, áreas de descanso, caídas en descenso, tirolinas, juegos, dolor, diversión, sufrimiento, alegrías. Todo ello, ayuda a que moldeemos quiénes somos, a que sepamos cómo enfrentarnos a las dificultades o alegrías del día a día. Es un impulso hacia adelante, es una llamada a no estancarnos y a observar y averiguar quiénes somos.

Tras la muerte de un ser querido, todo cambia. En algunos casos, especialmente en los que la muerte, es la de una persona enferma, tenemos más tiempo para asumir e integrar su marcha; en cambio, cuando la muerte es instantánea, desaparece la oportunidad de hacer el duelo en vida, y siendo el duelo un proceso más complicado y difícil.

Al igual que la primevera, regala el frescor, los brotes verdes, el color, también, enseña, que tras el otoño de hojas caídas y mustias, de pérdidas y del invierno de reposo y a veces helador, al final, llega el momento en que florecen los frutos. Podríamos resumirlo diciendo que son ciclos: muerte, tiempo para la calma y para que la semilla tenga la fuerza suficiente para germinar y al llegar a la primavera, muestre sus frutos.

La muerte, tiene el poder de cambiar y transformar, e incluso, transmutar. No nos deja indiferentes, nos obliga a actuar, a posicionarnos ante la nueva situación. Cada uno a su ritmo y manera. Asumir la muerte muchas veces no resulta fácil. Los sueños e ilusiones, todos los proyectos que estaban en marcha, la ausencia del contacto físico, del abrazo, de las miradas, duele. Podemos sentir impotencia, culpa, rabia, ira, angustia, ansiedad y dolor; sufrimos, y todo ello, deja heridas que irán cicatrizando poco a poco. Está en nuestras manos el intregarlo, asumirlo o el no hacerlo.

Son emociones difíciles de integrar. Mientras ocupen todo nuestro corazón, será complicado que dejemos entrada a la vida, a la alegría. La llegada de la primavera, nos recuerda que para poder florecer, hemos dejado atrás, hemos integrado y asumido, que la vida es un ciclo, llena de etapas distintas, a veces duras y complicadas, otras más fáciles y llevaderas. La vida es una montaña rusa llena de curvas, subidas y bajadas.

Antes de que la semilla fructifique, ha pasado por heladas, ventiscas, lluvias, sol, etc, y todo ello, ha hecho que el grano, sea más resistente, más fuerte. Lo mismo nos pasa a nosotros ante las dificultades de la vida, y más ante la muerte de un ser querido.

Habrá personas que decidan quedarse en el dolor, en la rabia, la ira; ya sea porque les cuesta o resulta difícil asumir la pérdida; otras, a pesar de ello, decidirán dar entrada a la luz, a los rayos de sol que harán que poco a poco, la semilla de la vida que está en su corazón, comience a florecer.

Todo es válido. Cada uno elije el proceso que necesita vivir para poder avanzar y crecer, para evolucionar. Y la muerte, es uno de los procesos más duros por el que pasamos y nos ofrece la oportunidad de recapacitar, de sentir, de reflexionar, de tomar una postura ante quiénes somos, hacia dónde vamos, y cómo queremos vivir nuestra vida.

La primavera está tocando la puerta. Permitamos que comiencen a florecer los brotes verdes de esperanza, de luz y amor en nuestros corazones. Vamos a darnos la oportunidad de seguir avanzando en nuestro camino dejando atrás en la medida que podamos, todos los lastres que arrastramos, la amargura, la rabia, la ira, el dolor. Vamos a perdonarnos, a amarnos, a sentirnos llenos y plenos por nosotros mismos y los seres que han fallecidos. Pues, a pesar de que no les sentimos tanto como nos gustaría, velan y cuidan de nosotros, y siguen queriéndonos con toda la fuerza que tiene el amor verdadero.


La imagen está tomada de internet y desconozco quién es su autor.